Revolución de Octubre de 1934.
El
comandante aviador Ricardo De la Puente Bahamonde
y la Revolución de Octubre de 1934 (II).
Por Marcelino
Laruelo.
Con el triunfo del Frente Popular en Febrero de 1936, el
gobierno de Azaña, presionado por las organizaciones
obreras y no por propia voluntad, firmó el decreto
de amnistía. El comandante De la Puente volvió
al servicio activo el 6 de Abril y fue nombrado Jefe de
las Fuerzas Aéreas de Africa. Mala suerte.
Porque cuando se produjo la sublevación militar que
comenzó en Melilla el diecisiete de Julio, el comandante
De la Puente, siguiendo instrucciones de otro aviador, el
asturiano Arturo Alvarez-Buylla, Alto Comisario de Marruecos,
se aprestó a defender el aeródromo y base
de Tetuán frente a un tabor de Regulares con artillería
al mando del comandante Serrano. El coronel de Infantería
Eduardo Sáenz de Buruaga, dirigente de la sublevación,
le llamó por teléfono para conminarle a que
se rindiera, pero De la Puente le contestó “que
antes tendrían que pasar por encima de su cadáver”.
Sitiada, cañoneada y tras un largo tiroteo, sin recibir
la ayuda prometida por el gobierno, se izó la bandera
blanca.
El
comandante Ricardo de la Puente fue sometido en Ceuta a
consejo de guerra por los sublevados el día dos de
Agosto de 1936 y condenado a pena de muerte. Dada
cuenta de la misma a la Junta de Defensa Nacional y tras
recibir el “enterado”, fue fusilado a las cinco
de la tarde contra los muros de la fortaleza del Monte Hacho.
Esto parece desmentir la creencia de que el general Francisco
Franco, “el Caudillo”, que era primo carnal
del comandante De la Puente, se escabullera para no tener
que firmar la aprobación de la ejecución,
a pesar de que tras los sucesos de Asturias Franco le dijera
a su primo, medio en broma, medio en serio, que “un
día voy a tener que fusilarte”. De cualquier
modo, cuando el general Franco llegó al aeródromo
de Sania Ramel a bordo del Dragón Rapide en la mañana
del 19 de Julio, ordenó al piloto que antes de aterrizar
diera una pasada rasante para asegurarse personalmente de
si quien le estaba esperando en la pista era el coronel
Buruaga o su primo el comandante De la Puente para detenerle.
Ricardo
de la Puente Bahamonde había nacido en Ferrol el
cinco de Septiembre de 1895, hijo del capitán de
navío de la Armada Luis de la Puente y García
de Oyuelos, y de Carmen Bahamonde Pardo, hermana de Pilar,
la madre del general Franco. Ingresó en
la Academia Militar de Ingenieros de Guadalajara en 1911,
de donde salió teniente tras cursar los cinco años
de estudios. La mayor parte de su vida militar transcurrió
en Africa, primero, dirigiendo obras de fortificación
y apertura de pistas, casi siempre bajo fuego enemigo. Ya
como capitán, estuvo al mando de una Mía de
la Mehal-la Jaliffiana de Larache hasta que pidió
su pase a Aviación a mediados de 1924. Voló
como “observador” y en Octubre de 1926 realizó
y aprobó el curso de piloto militar. Jefe de Escuadrilla
en Nador en 1929, tanto en tierra como en el aire tuvo una
larga e intensa participación en la guerra de Africa,
por la que recibió numerosas condecoraciones y premios.
En 1933 se le dio el mando de la base de León y tras
catorce años y medio como capitán y previa
superación de los cursos de aptitud correspondientes,
ascendió a comandante. Un hermano suyo, Joaquín,
que era teniente, falleció en Tetuán en 1913
a consecuencia de las heridas recibidas en combate, cuando
solamente llevaba tres meses en Africa. Otro hermano,
Enrique, también militar del cuerpo de Ingenieros,
apoyó la sublevación militar y llegó
a ser el 2º Jefe de la Casa Militar del Generalísimo.
En
nuestros días, a machacar ciudades desde el aire
se le llama “bombardeos humanitarios”.
Capítulo
anterior.
Más sobre la Revolución de Octubre de 1934:
Apuntes
sobre movimientos de buques de la Armada en Octubre de 1934.
El asalto
a la sucursal del Banco de España en Oviedo.
El proceso de formación de la Alianza Obrera en 1934.
Las torturas de Octubre.
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