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En picos, palas y azadones, cien millones...
Hace falta un "Ponticu"

Por Chefe

 



La ampliación de El Musel y La Ley del Silencio.
Hace falta un Ponticu para cabeza de turco.

En los últimos días la 'leyenda urbana' gijonesa resucita la figura de José María Fernández Álvarez, alias 'El Ponticu', un personaje singular y cuya actividad con la construcción de la Universidad Laboral fue toda una leyenda. Fue nombrado hijo adoptivo de Gijón por el ayuntamiento de Gijón el 9 de diciembre de 1954, siendo presidente de la corporación José García-Bernardo y de la Sala. Fue presidente del Real Sporting de Gijón entre 1947 y 1948. Fue editor y máximo accionista del diario El Alcazar. Estudió en la Escuela de Comercio, donde cursó primero el peritaje y luego el profesorado mercantil.

El Ponticu al vivir de cerca un grave accidente en la minería que dejó nueve mineros muertos y a sus viudas y huérfanos casi en la miseria, sugiere al entonces ministro de trabajo José Antonio Girón de Velasco la creación de un Orfanato Minero para que pudieran estudiar y hacerse hombres con futuro. El Ponticu dedicó los siguientes veinte años de su vida a la creación y puesta en marcha de la Universidad Laboral de Gijón, que representó la modernidad para la villa y el puerto de Gijón y un gran avance en las conquistas sociales de la Asturias trabajadora.En 1948 comienzan las obras de la Universidad Laboral y las ideas que entonces había sobre el edificio eran como novelas de Dick Turpin: decían que los camiones entraban por una puerta y salían por otra con la carga destinada al estraperlo. En aquellos años José María Fernández Álvarez, el Ponticu, mantenía reuniones en Madrid con Girón o con Pinilla, el subsecretario del Ministerio. De Madrid sale la idea de crear la Fundación 'José Antonio Girón que se constituyó en el año 1945 y el objeto de la misma era "la formación cultural, moral , patriótica y profesional de niños huérfanos cuyos padres hayan sido víctimas de accidentes de trabajo en la minería". En 1946 se encarga a dicha Fundación las obras del Orfelinato Minero de Somió tras ser aprobada por Decreto dicha construcción. Para ello se reunieron 388 hectáreas de terreno rústico ( la granja de Llorea 125 ha y los terrenos sede de la institución 193 ha). El objeto de la granja -que nunca llegó a funcionar- era proporcionar a los 1.000 alumnos y 200 educadores previstos el sustento necesario sobre el propio terreno. Las obras comenzaron el 1 de abril de 1948 , empezando por la granja agronómica (actual UNED). Un año después del inicio se trabajaba en las residencias, pabellones de cocinas, torre y teatro En 1949 se iniciaron a su vez las obras de iglesias y talleres. Con las obras en marcha, y con la escasez de cemento que había en los años cuarenta los camiones entraban y salían con la mercancía sin descargarla, pero se pagaba. Uno de los participantes en la operación dijo : es como la operación de Queipo de Llano en Sevilla durante la guerra que paseaba a los mismos legionarios con los mismos camiones por la ciudad para hacer 'bulto'.

Los rumores aumentan de día en día y salta el escándalo y los ejecutores de la obra, ( hay un fragmento del mural del teatro de la Laboral, con los impulsores y ejecutores de la obra) Girón, el general Juan Yagüe y Carlos Pinilla; de pie, Fernando Cangas, José Luis Álvarez Castro, Domingo Hernández, José María Fernández -el «Ponticu»-, Luis Moya, José Díez Canteli, Enrique Segura y Manuel Laviada.

La investigación del Tribunal Supremo (dada la categoría de los personajes) no se detuvo ahí, sino que halló irregularidades en la granja de La Lloreda, obra complementaria de la Laboral, construida entre el Infanzón y el límite de Gijón con Villaviciosa, y hoy campo municipal de golf, en parte. La Lloreda había centrado otros capítulos de la leyenda negra de la Laboral. Por ejemplo, de la casa solariega que existía en esa finca -antigua propiedad de la familia Vereterra; después, residencia de invitados de la Laboral, y hoy, hotel- se decía popularmente que contenía la «cama adoselada de Girón», con todas las connotaciones que de ello se quieran extraer, aunque inverificables.

Pero las irregularidades de La Lloreda fueron más sencillas. A José María Fernández, el «Ponticu» -gironiano, populista, empresario minero, «grandón» gijonés-, se le acusó de la venta irregular de una vaca y de distraer obreros de Laboral para hacerse un camino hacia su chalé particular, también situado en Cabueñes. Girón viene al juicio como testigo y defiende durante una hora a su hombre y amigo, pero cada palabra suya es una palada de tierra. Y condenaron al Ponticu y pasó varios meses en la cárcel gijonesa de El Coto. La investigación sobre la Laboral en el Supremo no dio con corrupción. El caso fue al Tribunal Supremo al ser una querella que afectaba al ministro Girón, pero los comisionados que inspeccionaron la obra realizaron una valoración que resultó superior a la realmente pagada, con lo cual se archivó el procedimiento porque no había lugar a corrupción alguna. Sí hubo aquel procesamiento del "Ponticu", por haberse llevado forraje de la granja para una de sus vacas y cosas similares, pero no era un asunto de la obra de la Laboral.

En 1957 Franco cesa a Giron y nombra ministro de Trabajo al navarro Fermín Sanz-Orrio y Sanz . Creó la Dirección General de Empleo, que confió a Wenceslao Fernández de la Vega Lombán, padre de la socialista María Teresa Fernández de la Vega, que fuera vicepresidenta del gobierno de España (2004-2010).

Sanz Orrio a la vista de las irregularidades detectadas en la construcción de la Universidad Laboral de Gijón, disolvió el patronato de la Universidad Laboral que había sido formado por Girón de Velasco (entretanto se había procesado y condenado al "Ponticu", José Mª Fernández Alvarez, miembro del patronato), sustituyéndolo por un patronato de personal por razón del cargo (miembros natos de tipo profesional). Carlos Pinilla Turiño, mano derecha de Girón de Velasco, y abogado del Estado, recurrió la resolución al Tribunal Supremo, procediendo dicho tribunal a desestimar el recurso. Al final la resolución definitiva de disolución del patronato se publicó en el BOE.

En la ampliación y modernización del puerto de El Musel se está buscando a un 'Ponticu', que sea la cabeza turca del desaguisado que se ha creado en torno a esas obras. Todo son suposiciones, conjeturas e informes, pero ni la Fiscalía, ni el Ministerio de Fomento, ni el Principado, ni la Autoridad Portuaria saben a qué carta quedarse. Que nadie crea que en Asturias se va a decidir algo en los próximos meses. Nada de nada. Pero hay cosas que están sucediendo y merecen quizá una reflexión. En 2007, la turbo economía española gripó, con efectos devastadores en toda el país. El shock económico desató en Gijón una fenomenal crisis del modelo político. Los tensores no soportaron bien la sacudida. Mejor pertrechada y con más dispositivos de poder a su alcance -los visibles y los menos visibles-, la izquierda asturiana vio venir el torpedo del caso Musel y su ampliación, desplegó un escudo magnético y consiguió desviar el proyectil durante varios años. Pero en los últimos meses alguien en Bruselas sacó la caja de los truenos y hoy Gijón y su puerto es el punto de mira de un catálogo de desmanes. La fábrica de estereotipos esta funcionando estos días a pleno rendimiento en el Principado. Hoy, el diario EL COMERCIO da a conocer un informe, filtrado por el senador de FORO Isidro Martínez Oblanca, en el que explica que la adjudicataria de la ampliación de El Musel, la Unión Temporal de Empresas (UTE) Dique Torres, "denegó a la OLAF el acceso a sus registros contables relativos al proyecto", con lo que los investigadores no han podido analizar "la contabilidad relativa al coste". Pero es que los elementos y la información recogida por la OLAF durante la investigación "indican claramente que una serie de irregularidades y/o fraude han sido cometidos bien directamente por el beneficiario de la ayuda (Autoridad Portuaria de Gijón), bien por el adjudicatario de las obras (UTE Dique Torres) en connivencia con el beneficiario", asegura el informe. La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) tiene claro que la Autoridad Portuaria de Gijón es, en mayor o menor medida, responsable directa de las irregularidades que denuncia en su informe sobre las obras de ampliación del puerto de El Musel y, más concretamente, sobre el modificado del proyecto inicial para acometer los trabajos. Así lo explica en las recomendaciones enviadas por los investigadores anti fraude a las autoridades comunitarias y al Ministerio de Hacienda.

Asturias adopta formas que exigen un Roberto Saviano (periodista y escritor italiano) local , espécimen infrecuente porque a la fauna y a la flora autóctona les falta oxígeno. La autonomía de los medios de comunicación fue apenas un chispazo en la transición y en provincias ni siquiera llegaron a dar la luz. Una sociedad no se inventa la opinión pública. La va creando durante muchos años. No es el Watergate lo que liquidó a Richard Nixon, un veterano gángster de la política, sino la opinión pública norteamericana. Y esa conciencia de opinión pública que otorga la sociedad a los medios de comunicación. Asturias, laboratorio social de la quiebra española, ni siquiera aparece en los papeles.