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Oficina de Defensa del Anciano         Asturias Republicana
   
   

La diputada de Podemos, Rosa María Espiño, le ha metido un golazo por la escuadra al PSOE,
que llevan un año dándole a la moviola para ver por dónde entró y si lo pueden anular

De sindicaturas y consejos consultivos

Por Marcelino Laruelo.

 

Pilar Varela ha demostrado ser mucho más lista que Pedro Sánchez. La consejera de los desaguisados sociales ha ido a pedir consejo al Consejo Consultivo del Principado de Asturias. A que le digan esas mentes preclaras qué es lo que puede hacer con el organismo autónomo Establecimientos Residenciales para Ancianos y con el atraco continuado a los ancianos. Y eso es lo que tenía que haber hecho Sánchez: consultar con el Consejo Consultivo y que le dijesen qué es “NO”. Los políticos y los mandamases no están para solucionar los problemas, sino para sobrevivir a los problemas. Al Consejo Consultivo, elaborar un informe exhaustivo, valga la redundancia, sobre el ERA o sobre todas las variables del “No es No” les podría llevar medio año estirando el chicle. Seis meses en los que Pilar Varela y Sánchez, si hubiera estado más al loro, podrían hacer y deshacer, decir y desdecir: ¿Van a devolver el dinero estafado a los ancianos? ¿Se van a abstener? ¡Ca! “De entrada, no”. Y ya todo se irá solucionando por sí sólo, o no, o sí, o ya veremos. El tiquitaca español.

El Consejo Consultivo habita en la Casona de Nava, en el Barrio Alto gijonés (antes, Cimadevilla), donde unos entraron esposados y otros salieron desposados, que por eso conocemos bien la “casa” a pesar de la reforma estilo Maison Jardin. Conforman el Consejo cinco miembros, tres nombrados por el gobierno regional y dos por el parlamento regional. Lo preside, Bernardo Fernández, ex vicepresidente del gobierno asturiano con el PSOE. Y aquí estamos los que destapamos todo el “marabayu” del ERA y de la explotación ilegal del yacimiento ancianífero asturiano contando el relato según los principios de la “democracia del sufrimiento compartido”, porque como dijo uno al que otro “consejo” mando fusilar: “por encima de la letra fría de las leyes está el corazón de los hombres”.

Lo que ocurre es que la diputada de Podemos, Rosa María Espiño le ha metido un golazo por la escuadra al PSOE, que llevan un año dándole a la moviola para ver por dónde entró y si lo pueden anular. Igual hay que llevar también al Consejo Consultivo este “gol” para que dictamine si es legal o no. Se hunde el Titanic, tiquitaca y orquesta. Recemos para que el dictamen del Consejo no lo haya redactado el ex consejero y ex presidente (del PSOE) Rodríguez-Vigil, no vaya a ser que salga más barato hospedar a los ancianos enfermos e indefensos en el hotel Crillon de París, que tanto les gustaba a los “mareas”, que en una habitación doble de cualquier hospital clandestino del ERA.

De vuelta a Bajovilla, al pasar por delante de la relojería de Jack Goutayer, saltaron los recuerdos de Contracay. El 21 de Octubre, fiesta local cuarenta años, mi güela, santa Rosarín, todos los años ponía la misma comida proletaria: arroz con patatas y chorizo. Entraron los “nacionales” y ese “desarme” sí que duró, hasta hoy. Un desarme moral e ideológico, y, por lo visto, también contable.

De espaldas a la modelo despampanante del aro, no me vayan a arrestar las miembras de la nueva (y tan vieja) policía religiosa por voyeurismo machista, que cualquier día mandan quitar también las madonnas de la Gota de Leche…; contemplaba yo la charca de la difunta fuente ornamental de la Plaza del Carmen: ni un voto para que la reparen y adecenten obtuvo en los presupuestos “participativos” de la comuna municipal (de tierra). ¡Hay que ver! Pero el que me vio a mí fue Pedro el Pescador.

Recalamos en la primera “capilla” atopadiza y pidió dos Corales:“¡haya salud!”. Y empezamos nuestro tiquitaca: “desde Gabino Díaz Merchán para acá: ¡miau!”; “todos deberíamos honrar, venerar y, si fuera posible, imitar a nuestros santos, los míos y los tuyos…”; “la iglesia de Roma practica desde su fundación la memoria histórica todos los días con el santoral”; “marramamiau”; “quemaron iglesias, dinamitaron la mía...”; “pues ten cuidao, que entre La Cantábrica y La Tortuga diz uno de Santander que la mar subió 15 cms., ¡y subiendo!, medido con una vara de sastre de precisión”; “los rojos “pasearon” a miles de religiosos”; “en Gijón, diez o doce, y los trajeron de fuera”. Con el segundo Corales, pasamos a Europa: “¿Cuántas iglesias, universidades, bibliotecas, escuelas, hospitales fueron arrasados, cuantos religiosos y cuántas personas murieron por los bombardeos indiscriminados de los Churchill and Portal, Roosevelt and Harris?”; “vamos a dejar el tema”. “¿Y lo de Von Manstein y la ruptura del cerco de Stalingrado que me ibas a contar?”, “¿y lo de la multa a la vespa dentro del patio de casa, que va a acabar en Estrasburgo?”, “¿y lo de la Sindicatura de Cuentas?”; “es que estaba pensando en la despampanante y se me fue el santo al cielo”, “pues que no se entere la Policía del Pensamiento”.