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Oficina de Defensa del Anciano

Marcelino Laruelo Roa

Muertes Paralelas

Muertes paralelas

Al almirante Azarola la lealtad al gobierno republicano le costó la vida.

 

 

Antonio Azarola Gresillón, el contralmirante y ex ministro de Marina fusilado en Ferrol.

 


Por Marcelino Laruelo.
Muertes Paralelas. Gijón, 2004.

 

Capítulo III
Una vida dedicada a la Marina española


En Febrero de 2011, se celebró el acto oficial
por el que se dedicaba al contralmirante Azarola
una plaza en Ferrol, situada entre el Parador y el
edificio de Capitanía. Estuvieron presentes el alcalde
de Ferrol, concejales, representantes políticos y culturales,
y descendientes del contralmirante. No asistió ningún
representante de la Armada ni del Ejército.


No he podido averiguar de dónde le vino la afición por el mar. Porque Antonio Azarola y Gresillón había nacido tierra adentro, en la villa navarra de Tafalla, a la vera del Cidacos, que es río de poca agua. Fue el día dieciocho de Noviembre de 1874,
hijo de José María Azarola, médico, y de Leonor Gresillón. El matrimonio ya tenía otros dos hijos varones: José María y Emilio, nacidos también en Tafalla. Leonor figura como nacida en París, mientras que José Azarola era natural del pueblo guipuzcoano de Ormáiztegui. Este pueblo, enclavado en la comarca del Goyerri, a unos cincuenta kilómetros de San Sebastián, destacó como un centro de actividad industrial muy importante durante la construcción del ferrocarril del Norte, actividad industrial que se mantiene en nuestros días, en especial, en la construcción de autobuses. En Ormáiztegui había nacido también Zumalacárregui, el famoso general carlista.

La familia Azarola Gresillón emigró a Uruguay, donde ya se habían asentado otros familiares de la rama Azarola, probablemente hermanos del padre. Algunos descendientes del contralmirante sitúan en este viaje transatlántico el origen de su pasión por la mar. Sea como fuere, Antonio Azarola ingresó a los dieciséis años como aspirante en la Escuela Naval. Cursó los estudios correspondientes, estuvo embarcado en la fragata “Asturias” y al finalizar el año 1893 fue nombrado guardiamarina.

Como guardiamarina, estuvo unos meses embarcado en el crucero “Reina Regente” y en el “Alfonso XII”, de donde pasó a la corbeta “Nautilus”. Era el año 1894. De haber salido guardiamarina un curso más tarde, quizás no estaría yo ahora escribiendo de Azarola: el crucero “Reina Regente”, el mejor buque de la Marina española en aquel entonces, se hundió en aguas del Estrecho el diez de Marzo de 1895 en medio de un fortísimo temporal. El “Reina Regente” había sido construido en Inglaterra en 1887, tenía un desplazamiento de 4.725 toneladas y alcanzaba los veinte nudos de velocidad. En el momento de producirse el naufragio era su comandante Francisco Sanz de Andino y componían la dotación 372 marinos y cuarenta aprendices de Artillería: no hubo supervivientes.

Azarola había embarcado en la corbeta “Nautilus” en septiembre de 1894 y en ella permaneció casi dos años. La “Nautilus” era un antiguo mercante de vela construido en Glagow en 1866 y llamado “Carrick Castle”. En 1886 fue adquirido por España y transformado en corbeta para dedicarla a escuela práctica de guardiamarinas. Aparejada como clipper y bajo el mando del capitán de fragata Fernando Villaamil, natural de Serantes, en el asturiano concejo de Castropol, realizó un viaje de circunnavegación, zarpando de Ferrol el treinta de Noviembre de 1892 y regresando a dicho puerto el once de Agosto de 1894. La “Nautilus” continuó utilizándose como buque escuela para guardiamarinas hasta que en 1925 fue reemplazada por el “Juan Sebastián Elcano”. A bordo de la “Nautilus”, Azarola cruzó el Atlántico en viaje de ida desde Santa Cruz de Tenerife hasta Puerto Rico. Después de navegar por aquellas aguas, descendieron hasta Montevideo, a donde arribaron el día uno de Febrero de 1896. En Montevideo, le aguardaban sus hermanos y tíos, el clan de los Azarola, tan sobresaliente en la vida cultural, científica y universitaria uruguaya. Y también saldría a recibirle el recuerdo de los días felices de la infancia.

De regreso a España, en Julio de ese año, desembarcó de la “Nautilus” y pasó a formar parte de la dotación de la fragata “Almansa” durante un período de seis meses. El dieciocho de enero de 1897 ascendió a alférez de navío y pasó al “Infanta Mª Teresa”, crucero protegido de siete mil toneladas, a bordo del cual permaneció durante casi siete meses, hasta que en Noviembre regresó a la “Nautilus” y con ella zarpó de Cádiz el día siete con rumbo a Río de Janeiro. Allí recibieron el nuevo año, haciéndose a la mar poco después con rumbo al Cabo de Buena Esperanza. De regreso a España, hicieron escala en la isla de Santa Elena y las Madeira, y el veintisiete de Mayo fondeaban en Cádiz. No participó Azarola en la desastrosa guerra con Estados Unidos, pues permaneció en La Carraca, a bordo de la “Nautilus” todo el verano del 98.

A comienzos de 1899, inició un crucero por el Mediterráneo con escalas en Argel, Túnez, Malta, Alejandría y Corfú; y de regreso, en Nápoles, Civita Vechia, Tolón, Barcelona y Cartagena, donde fondearon el dieciséis de Julio. En Septiembre de ese año, Azarola desembarcó de la “Nautilus” y pasó a la Brigada Torpedista de Cádiz, donde permaneció por espacio de tres meses.

Los seis primeros meses del 1900 los pasó de permiso y el uno de Julio se incorporó a su nuevo destino como ayudante del contralmirante Ricardo Fernández Gutiérrez de Celis. Contaba Azarola con veinticinco años y puede que haya sido este puesto el de mayor trascendencia en el devenir de su vida personal. Permaneció con el contralmirante tres meses y medio, y en Octubre, de nuevo a la “Nautilus”, en la que pasó un período de ocho meses, durante el cual hizo otro viaje de instrucción hasta Río de Janeiro. En Marzo de ese año de 1901, después de una escala en Fort de France, en la Martinica, atracaban en los muelles de la Base Naval de Ferrol. Poco tiempo después, desembarcó de la “Nautilus” y pasó destinado al “Temerario”, que tenía su base en el puerto de Pasajes y con el que navegó por aguas del Cantábrico y de las rías gallegas.

Permaneció Azarola en el “Temerario” hasta Febrero del año siguiente, en que de nuevo fue nombrado ayudante del contralmirante Ricardo Fernández, en cuyo destino permaneció hasta Abril de 1903, fecha en que pasó a la situación de excedente forzoso. El día treinta y uno de Julio, en la capilla de la Capitanía General de la Base de Ferrol se celebró la boda del alférez de navío Antonio Azarola y Gresillón con Carmen Fernández García, hija del contralmirante Ricardo Fernández Gutiérrez de Celis y de Dolores García Zúñiga, ambos naturales de Cuba. Contaban los novios con veintiocho años de edad. Casi dos años permaneció Azarola en esa situación de excedencia, regresando de nuevo al puesto de ayudante personal del citado contralmirante, ahora su suegro, en Febrero de 1905.

Un año después, Antonio Azarola recibió el ascenso a teniente de navío, y en Agosto empezó como alumno un curso de Electricidad y Torpedos a bordo del “Lepanto”, que duró nueve meses. Del “Lepanto” pasó a la “Cataluña”, donde permaneció tres meses. Durante un tiempo, desempeñó nuevos destinos de ayudante del Jefe de la Jurisdicción Central de Marina, en Madrid, que se alternaron con períodos de excedencia forzosa y una estadía de nueve meses en la Estación Torpedista de Cartagena.

El trece de Mayo de 1910, embarcó en el acorazado “Pelayo”, donde permaneció un año aproximadamente. Al cabo de ese período, desembarcó con una licencia para asuntos particulares por unos meses. En Agosto, pasó a desempeñar el puesto de ayudante personal de un vicealmirante y en Septiembre del año siguiente, 1912, fue destinado como auxiliar a la Sección de Campaña en el Ministerio de Marina. Semanas más tarde, embarcó en el cañonero de primera clase “Infanta Isabel”, estacionado en Canarias, con el que navegó por aguas del archipiélago y de la costa africana.

A finales de Noviembre de 1913 fue nombrado segundo comandante del cañonero “Lauria”, con base en Cartagena, partiendo para Alhucemas y haciendo crucero por la costa norte de Africa. En Marzo, pasó destinado al Estado Mayor Central, en Madrid, donde permaneció mes y medio, embarcando a finales de Abril en el cañonero “Vasco Núñez de Balboa” como segundo comandante. Durante los meses de verano y otoño, el cañonero realizó una campaña de operaciones oceanográficas en aguas de Baleares, Málaga y Cádiz, bajo la dirección de personal del Instituto Español de Oceanografía.

En el mes de Junio de 1915, Azarola fue nombrado comandante del torpedero “Nº 42”, al mando del cual permaneció hasta recibir la orden de desarme del buque en Octubre de ese mismo año. Pasó entonces destinado a la Comisión Inspectora, en Cartagena, a la espera de que le concediesen el mando de otro torpedero. Sería éste el “Nº 12”, que fue entregado oficialmente a la Marina el día 21 de Enero de 1916, tomando entonces Azarola el mando del mismo y realizando las pruebas de mar. Sin perder el mando del torpedero, fue nombrado profesor de Electricidad para un curso de cinco meses de duración destinado a guardiamarinas de segundo año, curso que se dio a bordo del “Carlos V”. Al mando del torpedero “Nº 12” zarpó para Cádiz y Ferrol, realizando ejercicios por aguas de Galicia y quedando incorporado a la Escuadra. A bordo del acorazado “España”, Azarola dio también una serie de conferencias a los guardiamarinas.

En 1917 formó parte de una comisión de oficiales que, invitada por el gobierno alemán, viajó a dicho país y permaneció allí un mes. En Agostó ascendió a capitán de corbeta y cesó en el mando del torpedero. Como profesor, siguió con las clases en el “Carlos V” y navegando con el “España”, donde se ocupaba de dar clases prácticas a los guardiamarinas. Permaneció en la misma situación durante 1919 y el tres de Diciembre de ese año recibió el nombramiento de jefe de la Estación Torpedista de Cádiz. En este nuevo destino estaría hasta Agosto del año siguiente.

Azarola fue nombrado tercer comandante del “Reina Regente”, crucero protegido de segunda clase que había sido botado en 1906 y que recibió el mismo nombre que el desaparecido en el Estrecho en 1895. En Septiembre, partió con dicho buque para otro crucero transatlántico que le llevaría hasta las remotas islas Malvinas, con escalas en Las Palmas, Cabo Verde, Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires, Punta Arenas y Puerto Stanley. El regreso lo hicieron hacia Bahía Blanca y Río de Janeiro, donde pasaron el cambio de año. Cruzaron el océano sin novedad y el día uno de Febrero fondearon en La Carraca. Desembarcó Azarola del “Reina Regente” para hacer un cursillo de tiro naval en Marín, de tres meses de duración, finalizado el cual, partió con el acorazado “España” hacia Inglaterra. A finales de Noviembre, Azarola viajó a París para realizar los estudios de Radiotelegrafía en la Escuela Superior de Electricidad. Finalizado el curso el 28 de Junio del año siguiente, 1922, y con el título de ingeniero radiotelegrafista en el bolsillo, aprovechó ese verano para hacer un viaje de prácticas por Europa.

De regreso en España y ascendido a capitán de fragata, en Septiembre se le nombró jefe del 4º Negociado, “Electricidad”, de la 2ª Sección del Estado Mayor Central. En el desempeño de ese puesto pasó todo el año de 1923 y parte del de 1924. A ese cargo tuvo que añadir el de jefe del 2º Negociado en la sección de “Material”, compaginando ambos con la pertenencia a la sección de “Información”.

El once de Mayo de 1925, Azarola fue nombrado subdirector de la Escuela Naval Militar, por lo que cesó en los anteriores destinos en el Estado Mayor, reteniendo la vocalía en la Junta Técnica e Inspectora de Radiocomunicaciones.

El 24 de Septiembre de 1926 pasó destinado al acorazado “Jaime I” como segundo comandante, puesto en el que permaneció hasta Julio del año siguiente, en que se hizo cargo en el puerto de Barcelona del mando del moderno destructor “Velasco”. El “Velasco” había sido construido en Cartagena y botado recientemente, pertenecía a la misma serie que el “Alsedo” y el “Lazaga”, y desplazaba 1.164 toneladas. Dos semanas más tarde, Azarola partió con el “Velasco” para realizar un crucero de dos meses por el Mediterráneo. Visitaron Mahón, Ajaccio, Palermo, Atrax (puerto próximo a Atenas), Hydra, Spezia, Constantinopla, Costanza, Varna, Rodas, Famagusta, Chipre, Jaifa, Palestina, Alejandría, Malta, Túnez, Bizerta y Argel. El día dieciocho de Septiembre fondeaban en Cartagena. Durante este viaje, Azarola fue condecorado por las autoridades de Grecia y Túnez.

El día tres de Mayo de 1928 zarpó con el “Velasco” de Cartagena hacia las rías gallegas, con escalas en Ceuta y Cádiz. Permaneció en esas aguas hasta mediados de Julio, fecha en que recibió la orden de realizar un crucero por el canal de la Mancha y el golfo de Vizcaya con escalas en los puertos británicos de Plymouth, Portland y Portsmouth, y en los franceses de Cherburgo, Brest y Lorient. El último día de Agosto estaba de regreso en Ferrol. A finales de Septiembre, volvió con el “Velasco” para Cartagena y el 17 de Noviembre entregó el mando del destructor y pasó a ocupar el destino de Ayudante Mayor del Arsenal de Cartagena.

En 1929 ascendió a capitán de navío y a mediados de Febrero recibió el nombramiento de Jefe del Estado Mayor del Departamento Marítimo de Cartagena. Azarola acababa de cumplir los cincuenta y cuatro años de edad. Asistió en Marín a un curso de conferencias sobre guerra naval y el resto del año lo pasó en Cartagena desempeñando su puesto de Jefe de E.M.

El 23 de Julio de 1930 tomó posesión en Ferrol del mando del acorazado “Alfonso XIII”, gemelo del “España” y del “Jaime I”, y pasó los meses de Agosto y Septiembre navegando por el Cantábrico y de maniobras por aguas gallegas. El resto del año, por aguas de Cartagena y del Estrecho.

En 1931, estuvo navegando por aguas de Cartagena y Baleares, con escalas en Tarragona y Valencia. Presenció en Cartagena la proclamación de la República el 14 de Abril y la salida del rey Alfonso XIII para el exilio a bordo del crucero “Príncipe Alfonso”. El día diecinueve de ese mismo mes, zarpó de Cartagena rumbo a Vigo, donde fondeó tres días más tarde; y de Vigo para Bilbao. Tres días estuvo el acorazado en el Abra bilbaína, regresando a Ferrol, donde quedó atracado el resto del mes de Mayo. Azarola cesó como comandante del acorazado y el día treinta de Junio tomó el mando en Cartagena de la flotilla de destructores, izando su insignia a bordo del “Sánchez Barcáiztegui”, navegando y realizando maniobras por aguas de Cartagena y Baleares.

1932 le trajo el ascenso al almirantazgo, nombrándole el gobierno contralmirante y eligiéndole el ministro de Marina, Francisco Giral para desempeñar el cargo de subsecretario del Ministerio, cargo del que tomó posesión el día 18 de Abril. Azarola permaneció en ese puesto, a pesar de los cambios de ministros, hasta el mes de noviembre de 1933 en que cesó y pasó a la situación de disponible forzoso. Siendo subsecretario del Ministerio de Marina, le fue concedido por las autoridades francesas el título de “comendador de la Legión de Honor”.

La mayor parte del año 1934 la pasó en esa situación de disponible forzoso, pero el gobierno no le había olvidado y el día tres de Noviembre se hizo público su nombramiento como 2º Jefe de la Base Naval de Ferrol y jefe de su Arsenal. Azarola sustituía en ese puesto al también contralmirante Indalecio Núñez, que pasó a desempeñar interinamente la Jefatura de la Base. El nombramiento de ambos apareció publicado en el Diario Oficial de la Marina de fecha siete de Noviembre de 1934. Azarola estuvo en ese puesto hasta que Portela Valladares, el 31 de Diciembre de 1935, le llamó para que se hiciera cargo del Ministerio de Marina. A ese gobierno, el jefe del Estado y presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, le había señalado una única misión: la de convocar elecciones y garantizar la limpieza de las mismas. Azarola nombró jefe de su secretaría particular a su hermano Emilio, ingeniero de Caminos, que había sido diputado radical-socialista por Navarra en las Constituyentes de 1931. La Secretaría Técnica la encargó al capitán de corbeta Lucio Villegas y como subsecretario del ministerio designó al contralmirante Juan Muñoz Delgado. Por decreto de fecha seis de Enero, Azarola nombró Jefe interino del Arsenal de Ferrol y presidente de la Comisión Inspectora del mismo, además de continuar como comandante de quilla de los cruceros en construcción “Canarias” y “Baleares”, al capitán de navío Francisco Moreno. De ahí su exclamación: “¡Pero usted también, don Francisco!” pronunciada al comprobar con asombro que Francisco Moreno estaba profundamente comprometido con la sublevación militar

El mes que Azarola estuvo al frente del Ministerio de Marina consiguió sacar adelante, con la aprobación unánime de la Diputación Permanente de las Cortes, la construcción de dos destructores tipo “Antequera”, dos cañoneros, semejantes a los que se estaban construyendo para Méjico, cuatro barcazas y dos petroleras para el transporte de combustible y munición, y tres remolcadores. Con este plan no se trataba solamente de continuar mejorando la Marina, sino también evitar el cierre de los astilleros de Ferrol y Cartagena, con la consiguiente pérdida del puesto de trabajo por unos doce mil obreros especializados en la construcción naval. La situación era tan apurada, que cuando se aprobó ese programa de construcciones navales, las asociaciones obreras y el pueblo todo de Ferrol se volcaron en elogios y agradecimientos al ministro de Marina.

El programa aprobado establecía que los destructores y los cañoneros, por un importe de cincuenta y cinco millones de pesetas, se construirían en dos años en los astilleros de Cartagena y Ferrol por asignación directa. Mientras que las cuatro barcazas de 200 TM sin motor, las dos petroleras de 400 TM con motor y los tres remolcadores, uno de 1.200 HP y dos de 750 HP de potencia, por un importe global de más de seis millones de pesetas, saldrían a concurso entre los astilleros españoles.

Tras las elecciones de Febrero que dieron el triunfo al Frente Popular, José Giral Pereira sucedió a Antonio Azarola al frente del Ministerio de Marina. Giral confeccionó un nuevo equipo para que le asistiese en el desempeño de las distintas funciones del ministerio: de la Subsecretaría se encargó el general de brigada de Artillería de la Armada, Francisco Matz Sánchez; en la Secretaría Técnica puso al capitán de fragata Fernando Navarro Capdevila y al teniente de navío Pedro Prado Mendizábal; al frente de la Secretaría particular, a Horacio Gómez Ibáñez, y de ayudantes personales, al teniente de navío Julio Castro Cardús y al comandante de Infantería de Marina Ambrosio Ristori.

El veintiuno de Febrero, Giral firmó el decreto por el que se reintegraba al contralmirante Azarola a su destino como 2º Jefe de la Base Naval Principal de Ferrol, jefe de su Arsenal Militar y presidente de la Comisión Inspectora. Durante algún tiempo, Azarola desempeñó la jefatura de la Base al ausentarse por enfermedad el vicealmirante Calvar. Y el marino que en Madrid tanto empeño había puesto para que los obreros de la Constructora no se quedaran sin trabajo, siguió desde su puesto preeminente en la Base colaborando en la mejora de la ciudad departamental, proyectando obras que ayudasen a mitigar el paro obrero, como la nueva traída de aguas que se planeaba construir. La clase obrera y sus organizaciones sindicales, el alcalde socialista Santamaría, antiguo oficial de calderería en el astillero de la Constructora, el resto de la corporación municipal y de las organizaciones ciudadanas sentían hacia Azarola una mezcla de agradecimiento, admiración y respeto que la mayoría de los mandos militares no podían ni comprender ni admitir: por eso le fusilaron.

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