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Los gobiernos no se enfrentan a los laboratorios farmacéuticos
Radio Libertonia

Por Marcelino Laruelo.

Radio Libertonia es una emisora pirata. Solamente que en vez de emitir desde un pesquero en aguas internacionales, como era costumbre, lo hace desde una braña cimera, entre neveros, roquedales y hayedos. Una braña que, merced a la orografía, aún no ha sido detectada y foto-cartografíada por los satélites gestapenses. Radio Libertonia tiene su antena en el último reducto libre de banderas, códigos y “guashap”, en una suerte de “terra incógnita”.

Patti Smith y su “Because the night”. Va por Julian Assange. Desde el 19 de Junio de 2012 refugiado en la embajada de Ecuador en Londres. A pesar de la ONU, de Ramonet, de Chomsky, de Loach, de Moore… ¡Gracias, Rafael Correa! “Till victory”. Va por Chelsea Manning, que cumple condena de 35 años en una prisión militar USA. Por Snowden. Va por Wikileaks y sus 500.000 documentos. ¡Ametrallando una boda desde un helicóptero…! Los billetes de avión a Londres no son caros, mucho más baratos que a Caracas, y el viaje dura poco, pero… ¡No vayamos a molestar al Imperio! Un poco de Johnny Cash y otro poco de Muddy Waters.

Hora y pico llevábamos emitiendo un concierto de Ravi Shankar cuando cantó la curuxa. Fue el aviso para pasar de la melodía ensoñadora del sitar al relato de crudo realismo engeliano de la cajera del súper. Porque, de vez en cuando, el personal baja a aprovisionarse, que no todo va a ser comer tasajo de venado, latas caducadas y frutos del bosque. Y cuando regresan con las caballerías cargadas de víveres, en la cabeza traen otra carga, la de las historias que escucharon. Por la onda corta de Radio Libertonia se envían al éter esos relatos que denuncian la discriminación, la injusticia y el abuso laboral.

No se conoce, en Radio Libertonia al menos, un caso en que tras una fusión, absorción y demás variedades de opas, los amos resultantes del proceso anuncien que van a contratar a mil empleados más, aunque sea por la legislación laboral mariana vigente. Lo que anuncian siempre es un ERE con despidos. Dependiendo de la empresa y del sector, las condiciones son mejores o peores, no les vayan a organizar un boicot o montar una huelga. La cajera del súper contó que, pese a cumplir todos los requisitos de edad y años de cotización del ERE, no se puede jubilar. Cuando tuvo a la hija, para no utilizar a los abuelos de guardería, se puso ella a media jornada. Resulta que, además de cobrar una basura y de que le vaya a quedar de pensión otra basura, los años no cuentan igual. Por la misma “lógica” obtusa, el que trabajaba doce horas diarias tendría, entonces, que poder jubilarse quince años primero. La curuxa cazó un ratón. Suena Pink Floyd.

El doctor Corty dice que después del petróleo y la construcción inmobiliaria, el gran negocio es la (falta de) salud. Una buena epidemia de gripe en Noviembre se traduce en abultadas gratificaciones para los directivos de los laboratorios agraciados. Miles de millones de euros se pagan por medicamentos para combatir el cáncer. Los nuevos tratamientos contra la hepatitis C permiten que el 90% de los enfermos curen y sin efectos secundarios. Pero un tratamiento de doce semanas de un enfermo le cuesta al sistema sanitario en algunos países europeos más de 40.000 euros, mientras que, según el doctor Corty, el coste de producción de ese nuevo medicamento se estima en 100 euros. Los gobiernos no se enfrentan a los laboratorios como no se enfrentan tampoco a ningún poderoso. Les resulta más cómodo, en este caso, limitar el acceso de los enfermos a los tratamientos. Y esa estrategia amenaza con extenderse a los enfermos de cáncer. La población europea lleva camino de sufrir la misma discriminación que se vivió en países como la India o Brasil con los primeros antirretrovirales contra el sida: que no se podía curar a todo el mundo debido a los altos precios. Sobre el musical duelo de los cuatro malvises, dos corzos se desafían en el bosque con roncos ladridos. Suena Jean Ferrat en Radio Libertonia y amanece en la braña. Fin de la emisión.