asturiasemanal.es
Oficina de Defensa del Anciano         Asturias Republicana
   
   


“Proyecto Anciano”, para los humanitarios que tanto dicen que les gusta ayudar a los demás: no llegaron en lancha, llevan toda la vida junto a usted. ¡Hágase voluntario!
Un proyecto para los ancianos


Por Marcelino Laruelo.


Ya se lo dije a Ángel, el laico, el que preside la Plataforma de Afectados por el ERA: tenemos que organizar un pinchoteo delante del texu milenario de Bermiego, dar unos cuantos premios y presentar nuestro “Proyecto Anciano” alternativo, que se va a apuntar todo el mundo como voluntario: ¡se necesitan auditores de cuentas urgentemente!

Porque, en relación con los ancianos, hasta ahora, el único proyecto de entidad existente es el llamado ERA, que, básicamente, consiste en desplumar a todos los ancianos que caigan en sus redes. Aunque también les han salido competidores más agresivos. Son los que les marchan a los ancianos con sus dientes de oro o con la medalla de la Virgen del Carmen, los que les sablean la libreta o trafican con medicamentos y la tarjeta sanitaria. Sin olvidar a las cariñosas del ‘abrazo del amor’ y a los bancarios/as de las ‘preferentes’. ¡Hay que ver el ominoso silencio mediático que mereció El día mundial contra el abuso y el maltrato a los mayores! La ONU, el 15 de Junio, en fin… ¡Así estamos, amigo Andrés Fernández Vilanova: va uno a denunciar que hay “magullu” en las listas del Sespa y te encuentras con que la justicia está en la Uvi!

Para que salga triunfador, este “Proyecto Anciano” lo hemos estado preparando también en un garaje sin vado de El Parrochu y ya está casi terminado. Al ser algo cortos de mollera, nos hemos inspirado, copiado habría que decir, en otras iniciativas de éxito. Así, por ejemplo, lo de “Saca a un anciano a dar una vuelta por Gijón” está claro que viene de las protectoras de animales.

El proyecto es muy sencillo: dos mesas de las de ping-pong unidas, veinte teléfonos corrientes y veinte sillas. Nada de grandes inversiones en centralitas y complejos sistemas informáticos para que luego siempre oigas lo de: “en este momento, nuestros agentes están ocupados…”. Los y las telefonistas voluntarios/as, cuando suena el teléfono, descuelgan, atienden al anciano y toman nota de lo que necesita para solucionárselo: ¿que debe ir a Cabueñes (o al Hospital de Arriondas) porque tiene consulta con el médico especialista y camina mal?, pues, nada, se localiza un voluntario con coche que pase a buscarle por su domicilio y le acompañe; preferiblemente, que sea del sector sanitario, que entre ellos siempre se entienden mejor. ¿Que tiene que ir a sacar dinero de Cajasturcón y no se arregla con las máquinas?, pues ya le mandamos a un ingeniero programador o a uno de los que hizo de pistolero en las películas del oeste, depende.

La mayoría de los ancianos, pasaron la guerra y la posguerra, son gente espartana que se ríe para sus adentros de “pobrezas energéticas” y “apoyos psicológicos”. Saben que para abrir un bote de espárragos, tarea eminentemente machista que habría que denunciar, a falta de un forzudo en casa, pues se arreglan clavando en la tapa el cuchillo de corar, aunque así contravengan los protocolos. Para que no les entren en casa a robar, colocan una tranca o un pestillo bien gordo, y no esas puertas ‘blindadas’ con cerraduras de chicle que nos venden. Que ya es raro que los de la formación, el empleo y el I+D+i no hayan contratado a unos cuantos de esos “especialistas” venidos de los países del este, para que den cursos de cerrajería moderna, ¡con el precio al que se han puesto los bombines!

“Proyecto Anciano”, para los humanitarios que tanto dicen que les gusta ayudar a los demás: no llegaron en lancha, llevan toda la vida junto a usted. ¡Hágase voluntario!