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Al cliente del bar le atienden bien por dos euros, ¿por qué el cliente de un banco tiene que pelearse con máquinas y mojarse en la calle y exponerse a que lo atraquen, y bajarse aplicaciones al móvil o al ordenador para que le den el timo informático, y aguantar colas, y soportar horarios chorras?
Nacionalizar la banca


Por Marcelino Laruelo.
(22-02-2020)

 


Los viejos cenetistas no eran partidarios de las nacionalizaciones en el sistema capitalista. Decían que sólo servían para asumir pérdidas y dar privilegios a los empleados. Tenían mucha razón y en Asturias se ve. Pero en España, ¿qué hacemos con los banksters? Un Ministerio del Abuso y la Estafa haría falta.

En 1970, en vida del Caudillo, sería intolerable que la banca atracase al cliente y lo maltratase como ahora. Ya existían las cajas de ahorros, sin ánimo de lucro y finalidad social; la Caja Postal, las cajas rurales, el Banco Exterior y otros bancos para el crédito agrícola, industrial y demás, y el Banco de España. Sector público y privado convivían y competían. El cliente siempre fue el señor cliente: nada de colas, ni de dar la tabarra con ofertas y, menos aún, tocomochos como las preferentes. Los créditos, con cuentagotas y comprobada la solvencia. Fue el socialfelipismo el que entregó Argentaria (B. Exterior y Caja Postal) al BBV.

Lo penúltima coz a un cliente es ir a cambiar 50 euros en billetes de diez, y después de una cola soviética, te dice el ventanillero que sólo cambian a clientes. ¡50 euros!, no cinco mil en monedas de cinco céntimos. La banca española, con la colaboración necesaria de muchos bancarios, por su mala praxis y falta de profesionalidad, casi lleva a España a la quiebra y arruinó a cientos de miles de familias. El cliente entrega al banco el fruto de su esfuerzo laboral, mes a mes, o de su jubilación, y sus ahorros para que el banco haga negocios lícitos y beneficiosos para la sociedad. Esa materia prima debe tener una retribución, lo contrario es como si el dueño de Arcelor cobrase al de las minas de hierro por almacenar el mineral. Al cliente del bar le atienden bien por dos euros, ¿por qué el cliente de un banco tiene que pelearse con máquinas y mojarse en la calle y exponerse a que lo atraquen, y bajarse aplicaciones al móvil o al ordenador para que le den el timo informático, y aguantar colas, y soportar horarios chorras? En España, detuvieron al cerebro de una red internacional que la policía sospecha que sacó cientos de millones a los bancos en toda Europa que sus socios recogían día a día en los cajeros que les indicaba. No hablemos ya de la clonación de tarjetas, la pesca de datos por internet, el pirateo informático, etcétera. Y tampoco hablemos de Bankia y del Popular y de tantas cajas de ahorros hundidas por tíos que vivían a todo trapo y se lo llevaban a carraos. CaixaBank ganó 1.705 millones de euros en 2019 y con esos beneficios, gastó otros 978 millones para despedir a 2.023 trabajadores (483.440 per cápita de media), prejubilados la mayoría y succionando dinero de los parados. ¡Y la red de espionaje montada por los jefazos del BBVA! ¿Le meterá mano a esta pudriella el Gobierno socialpedrista y pablista? Lo dudo.

PD 1.- La lucha de Zener pone sobre el tapete la explotación de los trabajadores de subcontratas: trabajan el doble y cobran la mitad. Hace falta una ley que diga que los de la subcontrata trabajarán y cobrarán lo mismo que los de la empresa matriz, sin ninguna discriminación.

PD 2.- Murió el gran Kirk Douglas. El crítico G. Lawrence destaca ‘Siete días de mayo’ y ‘El loco del pelo rojo’, y la cinta de Xavier Castañó ‘Bienvenido a Veraz’ (1991), rodada en los Pirineos, con Douglas de protagonista y un joven Imanol Arias. Mi recuerdo es para un western dramático: ‘Los valientes andan solos’. También el favorito de Douglas.