asturiasemanal.es
Oficina de Defensa del Anciano         Asturias Republicana
   
   

Antes comprar un generador o velas en
los chinos que dejarse estafar por las eléctricas

Lola y estafaluz

Por Marcelino Laruelo.

 


No es su nombre, pero la voy llamar Lola para no ponérselo tan fácil a las diferentes “stassis”, públicas y privadas, ahora que dicen que van a legalizar la colocación de “espiochismógrafos” hasta en la almohada, donde tantas consultas y confidencias se hacen/hacían.

Lola, por circunstancias de la vida, hace tiempo que ha traspasado el umbral y se ha o, mejor dicho, la han instalado en la pobreza. Sí, será pobre por circunstancias de la vida, pero es y ha sido una persona de provecho, de alto nivel intelectual y moral, que quiere seguir siendo decente. O sea, que se esfuerza por pagar todo lo poco que gasta, pero se indigna cuando ve en este país, paraíso del despilfarro, el subvencionariado y el trincotrilerismo, que no solamente nadie le ayuda, sino que a la mínima que se descuida, la estafan. ¡A sus años!

Es lo que le pasa con la luz. En la vida espartana que lleva en la actualidad, la electricidad es para ella una bombilla, un enchufe y nada más. Lola me enseña la última factura y veo que su consumo de kw/h alcanza un importe de 11,08 euros… Pero, al final, lo que le cobra la compañía eléctrica, da igual la que sea, porque son todas iguales, asciende a 168,58 euros: ¡quince veces más que lo que gasta!. Si fuera el doble o el triple, ya se podría hablar de estafa, pero, ¡quince veces más...! Y no hay solución: o tragas y pagas, o te cortan el suministro. Como ya hicieron con ella en alguna ocasión, sin piedad ni consideración.

Y ese sistema lo han organizado entre unos corbatas que, en general, no han aportado nada a la riqueza nacional, que cobran lo no escrito y que, para más inri, entre otras cosas, también tienen contadores “black”.

Porque esto que está pasando con la luz es como si fuéramos al súper, comprásemos un kilo de manzanas y nos dijeran que el precio es de un euro, pero que por reserva de pomarada, alquiler de balanza y caja registradora, impuestos sidreros e IVA de lujo, hay que pagar quince euros. Con el agravante de que sin manzanas se puede pasar, pero sin suministro eléctrico, no.

¡Por favor! Pero, ¿en qué país estamos? ¿Hasta dónde vamos a llegar en la injusticia social?