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Oficina de Defensa del Anciano         Asturias Republicana
   
   


Creen que es normal cobrar 1.437 euros al mes (2.874 euros la habitación doble) a ancianos gravemente enfermos y con pagas de menos de 600 euros mensuales, y ellos irse luego al chalet
Este PSOE lleva al ERA a la quiebra

Por Marcelino Laruelo.

Han echado a los leones al hombre que les encumbró, al que prejubiló y pensionó en 24 quilates a la mitad de las cuencas, y al que tantos tanto le deben. Ahora, claro, que no tiene mando en plaza y es un anciano que se apoya en dos mujeres. Tickets, tarjetas, rodiezmos, libros, puros, un 4x4 con desgravación fiscal por minusvalía... Cuando el cónsul de Rusia en El Parrochu me dijo hace años que el presidente de Asturias iba a hacerse un chalet en Somió, no me lo creí; porque aunque no fuera ni socialista, ni socialdemócrata, ni obrero, por mera discreción y respeto a los millones de familias que lo estaban y están pasando tan mal sin culpa alguna, ningún gobernante con un mínimo de pudor se pondría a construir un chalet en plena crisis. Pero esta gente es así, viven en su círculo y creen que es normal todo lo que hacen. Es lo que pasa con el ERA, creen que es normal cobrar 1.437 euros al mes (2.874e. la habitación) a ancianos gravemente enfermos y con pagas de menos de 600 euros al mes y ellos irse luego al chalet. ¡Y lo llaman estado del bienestar! El suyo sí que lo es. En un hotel de Benidorm, con el Imserso, habitación doble y pensión completa, saldría por menos de 1.600 euros las dos personas, y comiendo bien y pasándolo mejor, no amarrado a una silla doce horas al día, como en el ERA. O sea, 1.200 euros al mes más barato que en los hospitales clandestinos de pago de la consejería del “malestar” y de la estafa.

Pero todo viene de atrás. El socialfelipismo formó una especie de brigada de demolición encargada de echar abajo a las empresas estatales, autonómicas y municipales, y entregar la economía productiva del país a las multinacionales de la UE y, el resto de la tarta, a las SA. Expulsaron a los decentes y austeros. Los gobernantes, los políticos y buena parte de esta sociedad, no entienden de números, no comprenden ni les preocupan las cuentas, excepto las suyas personales, claro. Son gentes amigas de la deuda, la hipoteca y el déficit. Y, hasta 2008, creían que “lo daben los matos”. Ahora estamos “en defensa de lo público” (será de la empresa estatal, de la sanidad autonómica...; es la propiedad o titularidad, porque “público” es también el chigre y el súper...). “En defensa de lo público”, pero las plazas, el puesto, “en propiedad” (privada). En los países del “socialismo real”, al que no sabía dirigir ni organizar, al que no cumplía, al que contrataba en beneficio de terceros, al que coge la baja dos días antes de Nochevieja, se les llamaba “enemigos del pueblo”.

Hace tres años y medio, el presidente chaletista asturiano supo de mi puño y letra de la opacidad, descontrol, desgobierno y maltrato a los ancianos que tenía lugar en las residencias del ERA. Lejos de ponerse a remediarlo, continuaron con la obstrucción y las marrullerías. Cuando en Noviembre de 2016 se aprobó (gracias a Podemos y el PP, y los votos de IU) la ley de defensa de los ancianos y sus familiares frente a los atropellos y abusos del ERA, por decirlo finamente, el segundo del PSOE dejó claro en la Junta cual iba a ser la postura del gobierno. No son los expedientes de los ancianos los que hay que revisar, que ya se sabe que están todos mal (¿maquinación para alterar el precio de las cosas? ¿enriquecimiento ilícito?), sino auditar al ERA: opacidad, sin facturas ni memorias, despilfarro (“la bolera más grande del mundo”), subida de los precios el triple que el IPC, duplicidad de gastos, descontrol farmacéutico, maltrato a los ancianos y un larguísimo etcétera. No son 6 millones de euros, sino 60 o más los que van a tener que devolver a los ancianos y a sus familiares. Sin olvidar los contratos adjudicados a SEDES y otras telas marineras. No va a ser una voladura controlada con prejubilaciones. Sino que lleva camino de venirse abajo el tenderete con todos dentro. Como hijo de una “residente”, llevo años denunciando el desastre que se avecina. Lo raro es que sindicatos y comité de empresa no digan ni media palabra en defensa de este organismo autónomo “público”.