El
ayuntamiento de Gijón tiene seis millones de euros para ocurrencias,
pero cero para los más indefensos y necesitados.
"Y tú, ¿qué necesitas?"
Por
Marcelino Laruelo
Lo pregunta el Ayuntamiento (de tierra) de Gijón. Personalmente,
nada, gracias. Bueno, sí, unas tapas para los tacones, pero
ya llevo yo los zapatos al zapatero, como siempre, que eso no debe
de entrar en el capítulo de “ayudas a la movilidad”.
6 millones de euros, mil millones de pesetas, ¡que tienen
tela!, para actividades baldosísticas y otras ocurrencias.
No sé si la oferta incluirá la instalación
de motores eléctricos en las bicis para que puedan ir por
las aceras sin dar pedales (¡que tiempos los de Tronchacadenas!,
vivir para ver). Seis millones de euros, sí, pero cero euros
para las residencias de ancianos. ¿Cómo puede ser?
Tal vez ocurra que si los ciudadanos gijoneses de las residencias
no se aprovechan de todas las “ayudas” que la comuna
del Ayuntamiento (de tierra) oferta sea culpa de ellos. Y es que
esos (también y todavía) vecinos de Gijón tienen
la mala costumbre de no salir de sus lugares de reclusión
y, así, se quedan sin poder leer la propaganda comunal en
cuatricromía. Con sus alzhéimeres, invalideces, demencias
y demás, les tienen amarrados a una silla. Así que,
los pobres, no se enteran y se les pasan las “ofertas”
del híper municipal. Atados solamente, no dos horas al día,
como se pide para los canes, sino hasta que la muerte les libere.
Como bien decía
el abogado Luis López Aguado, la residencia de ancianos es
también su domicilio particular. Entonces, ¿por qué
esos vecinos de Gijón no tienen los mismos derechos que el
resto? ¿Es que esos gijoneses, con pensiones de trescientos
cincuenta euros, de cuatrocientos, de quinientos…; no tienen
derecho a beneficiarse de las ayudas contra la “pobreza energética”?
¿Y de las ayudas a la renta, a la reinserción, al
agua y a lo que sea…? No vamos a pedir que los lleven a Benidorm,
pero, ¿a que les saquen al parque una vez a la semana, tampoco
tienen derecho?
La comuna municipal
(de tierra) vive en su mundo. Un mundo de despachos y colegueo funcionarial.
De sueldos fijos, laboreo liviano y contrato laboral vitalicio.
Llevan muchos años en esos ambientes y no se imaginan otras
situaciones. Es triste, pero se entiende. Porque si se las imaginasen,
o las conociesen, y no actuasen, aún sería peor. Aunque,
ya se sabe, el ser humano es muy poco sensible al sufrimiento de
los demás.
“¿Y
tú que necesitas?” Y usted, señora, y usted,
señor, que toda la vida fueron unos currantes y aportantes,
¿qué necesitan? Por esas señoras y señores,
naturales o vecinos de Gijón, a los que la enfermedad ha
privado de voz y las autoridades han privado de sus derechos, escribo
hoy yo: Pues se necesita, señores del Ayuntamiento (de tierra)
de Gijón), toallas para el baño y mantas para la cama.
Y sábanas y colchas. Se necesitan cojines para las sillas
de ruedas y algunos pares de zapatillas, que aunque no las gastan
caminando, ya se encargan de destrozarlas en las máquinas
de lavar. ¿Dará el presupuesto para unas cámaras
de video vigilancia, aunque sean de segunda mano?
Seis millones
de euros, mil millones de pesetas: ¿Alcanzarían para
instalar un hospital de campaña con dos quirófanos
en la Plaza Mayor para ver si desatascamos las listas de espera
de la Sanidad pública? ¿Y para unos equipos médicos
que, visto que el consejero de Sanidad pasa a tope del tema, fueran
por las residencias de ancianos (y vecinos de Gijón) mirando
a los enfermos, tomando la tensión, comprobando los tratamientos,
examinando la vista y la audición, sacando sangre para analizar,
y etc., etc.,? Igual se podrían contratar unos cuantos MIR
y unas cuantas ATS, y evitar, así, que se tuvieran que marchar
a trabajar a Inglaterra o Alemania, después de haber costeado
su formación aquí. Igual es mucho pedir, y a mí
no me gusta abusar, pero tal vez con esos mil millones de pesetas
se podrían contratar tres o cuatro inspectores para que se
presentasen por sorpresa en las residencias para ver como está
aquello: si se cumplen las normas ISO, si hay bacterias en el ambiente,
o si el café del desayuno está frío y no es
café, o si hay deshidratación por la sequía,
o qué clase de comida les sirven. Seis millones de euros
para ocurrencias y cero para los más indefensos y necesitados:
¡un poco de por favor, señores!
UNIDOS
POR INTERNET
Campaña para la instalación de webcams en las residencias
de ancianos para facilitar el contacto con los familiares y allegados,
y la protección de los ancianos indefensos.
¡Que entre la luz de la calle en los geriátricos!
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