Carta
de una obrera de Barcelona a La Federación.
"Compañeros del Consejo de redacción
de La Federación:
Queridos
hermanos: No siéndome dudoso vuestro modo de pensar
respecto a las ideas de La Internacional de trabajadores,
me atrevo a esperar de vosotros que daréis cabida
en las columnas de vuestro periódico a las siguientes
líneas, a cuyo obsequio os quedará agradecida
vuestra afectísima hermana, que os desea salud,
trabajo y justicia.- Elisa Huigon.
Siendo
la primera necesidad para el progreso de la especie humana
la redención de la esclavitud de la mujer.
Considerando
que el fanatismo religioso hace de ella un ser degradado
y sin conciencia, que le obliga a permanecer indiferente
ante el nuevo orden socialista obrero que se realiza dentro
del colectivismo.
Considerando
que otra de las principales causas de la esclavitud de
la mujer es el bochornoso e insignificante papel que desempeña
en seno de la familia, de cuyo jefe es la primera
en sufrir las consecuencias de su suerte adversa y su
mal trato, compartiendo raras veces con ella la felicidad
y la dicha de que es objeto por su saber, por su lisonjero
estado de salud, o por sus riquezas.
Considerando
que, de no tomar parte en las graves cuestiones sociales
que hoy se agitan con relación a la educación,
consumo, producción, cambio y derecho al trabajo,
que tan poderoso influjo ejercen en los destinos de la
mujer, sería preciso resignarse a ver como un bien
el grave mal que va minando nuestra existencia, y por
consiguiente, la de las generaciones venideras, cuya ponzoña
nos veríamos obligadas a legarles.
Que
sería un crimen de lesa humanidad seguir por más
tiempo perniciosas máximas teológicas,
preocupaciones anti-naturales, cuando tenemos un programa
explícito de economía social en perfecta
consonancia con la ciencia y con la naturaleza de la mujer.
Por
estas razones y otras que pudiera emitir, recomiendo a
mis hermanas J. Sánchez, de Palma de Mallorca;
María Rodríguez y Fernández, de Madrid;
Modesta Periu, de Zaragoza; Narcisa de Paz y Molín,
de Granada, y a cuantas les sea simpático el movimiento
obrero que hoy se efectúa en el seno de la Asociación
Internacional de Trabajadores, sean o no obreras, nacionales
o internacionales, se sirvan ponerse de acuerdo con la
que suscribe respecto del sistema de propaganda que conviene
adoptar, cada una en su respectiva localidad, para hacer
salir de la indeferencia y miserable situación
a nuestras hermanas, sin menoscabo y dentro siempre de
la pureza de los principios colectivistas.
Dirigirse al Ateneo Catalán de la clase obrera,
Mercaders, núm. 12, Barcelona.
Barcelona,
28 de Julio de 1870.- Salud y redención.- Elisa
Huigon"