Manifiesto
del Comité Republicano Federal de Oviedo
El
Comité Republicano Federal de Oviedo ha dirigido
a sus correligionarios de la provincia, la siguiente alocución:
"Asturianos
: Vais a contribuir a la solución de un problema
de gravísimas consecuencias: vais a votar en la Asamblea
nacional, por medio de vuestros representantes, la forma
de gobierno y las leyes que han de asegurar nuestra Libertad,
tantas veces entrevista, y otras tantas arrebatada.
Pero
antes de usar de este importantísimo derecho, por
primera vez ejercido, si bien con restricciones que deploramos,
quedaos a solas por un momento con vuestra conciencia, y
decidnos si podéis confiar tan sacrosanta causa a
los hombres que por un puñado de vil metal han entregado
nuestra querida patria en brazos del despotismo bárbaro
del siglo XVI; a los que creyeron que el brillo de una condecoración
obtenida al precio de la honra de la nación, pudiera
ocultar la vil podredumbre del pecho que cubriera; a los
que medraron, a costa de la escasa sangre de la exhausta
y moribunda madre, a quien aherrojaron, para que a mansalva
la pisoteasen y escarnecieran los que hubieran de seguirles
en la nefanda obra de la destrucción.
Si
el cinismo, compañero inseparable de tales histriones,
les hiciese aparecer en la próxima lucha, oponed
a la procacidad y desvergüenza la dignidad que la honra
inspira. No creais en los arrepentimientos: para una Magdalena
se encuentran dos mil Judas, que os harán llorar
con lágrimas de sangre el ósculo de paz que
de ellos recibiérais.
¿Queréis la regeneración de la patria?
¿Queréis las libertades que hacen la felicidad
de la Suiza con un presupuesto de 50 millones, con preferencia
a las menos amplias, qua cuestan a la Bélgica 600?
¿O preferís seguir pagando 2.500 millones
con un déficit continuado y consiguientes créditos
supletorios?
¿Queréis que los pedazos de vuestro corazón
no se vayan desgarrando cada año, hasta dejaros sin
lagrimas para llorar vuestro infortunio? ¿Queréis
que el pan que hubieran de llevar a la boca los hambrientos
hijos que os dejen, no vaya a fomentar el vicio de una corte
corrompida?
¿Estáis convencidos de que catorce siglos
no han producido cuatro reyes que hayan procurado la felicidad
de España? En este caso, el corazón y la cabeza
os hacen abrazaros, al frondoso árbol de la República
Federal, como áncora de vuestra salvación.
Los
hombres que hayan de ayudaros a coronar tan santa obra,
no puede menos de mostrároslos vuestra conciencia.
Oviedo
31 de diciembre de 1868.—José Centeno.—Nicolás
Martínez.—Antonio Rodil y Argüelles.—José
Gonzalez Llana.—Vicente Collada.—Casimiro Suárez.—Wenceslao
Guisasola.—Bernardo Coterón.—Ramón
Lafarga.—Domingo Ordóñez.—Alfredo
Dóriga, secretario.»