No fue una casualidad ni un
coincidencia, sino algo meditado y planeado. Si la izquierda
republicana y obrerista siempre había conmemorado
la toma de La Bastilla como uno de los grande hitos en
la lucha de la humanidad por los tres principios que instauró
la Revolución francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad;
las fuerzas franquistas quisieron dejar claro en este
su primer catorce de Julio como amos de Gijón,
que las bayonetas habían derrotado a la razón
y la fuerza, a la justicia. Las tres palabras mitológicas,
representadas por un hombre libertario, por un hombre
igualitario y por un hombre fraternal: Marcelino Ovies,
José Tourman y Alfredo Díaz, iban a ser
fusiladas en las tapias del cementerio de Ceares.
Galería
de condenados a muerte de la prisión de El Coto,
primeras horas de la madrugada: sonido fúnebre
de cerrojos que se descorren, puertas que se abren y nombres
que se pronuncian seguidos de una misma orden: ¡vístase!
Y el pobre Alfredo Díaz, Alfredín el del
vidrio, como le conocían todos, creía que,
por fin, se había aprobado el canje de prisioneros
y que pronto estaría libre en Barcelona: Luisín,
no me olvido de lo tuyo, dijo al pasar por delante de
la celda en la que estaba Luis Quirós. No me olvido
de lo tuyo siginificaba que en cuanto estuviese en Barcelona
se dedicaría en cuerpo y alma a conseguir la libertad
de su amigo y compañero. No, no era una ensoñación
ni un trastorno mental producido por tantos días
de tensión y angustia; no, Alfredín el del
vidrio no fundaba sus esperanzas en su fama de hombre
bondadoso, sino en un hecho puntual y domostrable: había
salvado la vida de un coronel enemigo. Ese coronel había
sido hecho prisionero en el frente de Vizcaya y lo querían
fusilar allí mismo; Alfredo Díaz, comisario
político del batallón, consiguió
impedirlo y trasladó al coronel a la retaguardia,
donde fue un prisionero más. Por eso él
esperaba que ahora...
Liberté,
Egalité, Fraternité... Marcelino Ovies,
José Tourman, Alfredo Díaz.
Marcelino
Ovies Cabo, de cuarenta y un años, casado, ebanista
de profesión. Nacido en Avilés, pero avecindado
en Gijón, veterano luchador y sindicalista, fue
durante mucho tiempo el secretario general de la Federación
Local de Sindicatos de la CNT y era vocal nato de la Asociación
de Cultura e Higiene de los barrios nuevos de Ceares.
José
Tourman Alvarez, natural de Gijón, aunque su apellido
hable de un origen francés, tenía cuarenta
y nueve años, estaba casado y era también
ebanista. Miembro veterano de la CNT, al comenzar la guerra,
se trasladó de París, donde llevaba viviendo
quince años, a Gijón. Fue nombrado consejero
de Industria del gobierno de Asturias y León, siendo
sustituido a los tres meses por Segundo Blanco. Desempeñó
la secretaría general del Sindicato de la Construcción
de la CNT.
Alfredo
Díaz González, natural de Gijón,
de treinta y dos años de edad, casado, trabajador
de La Industria y Laviada, dirigente del Sindicato del
Vidrio de la CNT, estuvo adscrito a la Consejería
de Industria, pasando después a desempeñar
el cargo de comisario político en un batallón
de milicias.
Libertad,
Igualdad, Fraternidad: Marcelino Ovies, José Tourman,
Alfredo Díaz. Fusilados en Gijón el catorce
de Julio de 1938.
Nous
entrerons dans la carrière
Quand nos aînés n'y seront plus,
Nous y trouverons leur poussière
Et la trace de leurs vertus
El
Noroeste, 27-10-1919
De
los presos por delitos sociales
El caso Tourman
Muy
señor nuestro: Otra vez volvemos a rogarle inserte
en el diario de su digna dirección la siguiente
protesta sobre el caso de Tourman, pues con este compañero
se está cometiendo en la cárcel de Oviedo
una verdadera herejía. Nuestro sincero agradecimiento
por tal favor. De usted afectísimos y seguros servidores.
Los
presos por cuestiones sociales.
Desde el día en que José Tourmán
ingresó en la prisión correccional de Oviedo,
a disposición del señor gobernador, permanece
en una celda de la primera galería, rigurosamente
incomunicado.
Un preso que no está sujeto a proceso, ni como
supuesto autor de delito alguno (no sabemos si es delito
profesar determinadas ideas progresivas), ¿puede
ser incomunicado?
Si Tourman estuviese reclamado por algún juez,
siquiera como supuesto cómplice en algún
delito, tendría quizá justificación
su situación de incomunicado.
Pero no es así, pues a dicho compañero sólo
se le persigue por sus ideas, porque el Sindicato de Transportes
molesta a ciertos influyentes patronos.
¿Es que quién ordena y manda en la prisión,
cuando se trata de presos sociales, no es el señor
director de la misma?
Y aunque las atribuciones del señor gobernador
llegasen al inconcebible límite de incomunicar
en la cárcel a obreros que no han dilinquido, ¿cuánto
ha de durar la incomunicación?
Tenemos que este proceder, a todas luces injusto, traiga
derivaciones lamentables.
Antes de que lleguen, debe rectificarse la injusticia
que con Tourman se está cometiendo. Este es un
padre de familia, un obrero, y no es digno de la ignominia
que sufre.
¿Por qué la esposa y los hijos de Tourman
tampoco pueden comunicar con los demás presos sociales
de la cárcel de Oviedo?
El señor gobernador tiene la palabra y la autoridad.
Y el señor director de la prisión tiene
el Reglamente de las prisiones españolas.
Fdo.: José María Martínez, Juanelo
Fernández, Herminio Prieto, Rito Esteban, C. Senert.
PD.-
Detenido en más ocasiones por sus actividades sindicales,
José Tourman fue expulsado de Asturias en Octubre
de 1921, momento en el que, probablemente, trasladó
su residencia a París.