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La Libertad es un bien muy preciado
Gijón, 14 de Julio de 1938: fusilados
tres dirigentes de la CNT en el aniversario
de la toma de la Bastilla


No fue una casualidad ni un coincidencia, sino algo meditado y planeado. Si la izquierda republicana y obrerista siempre había conmemorado la toma de La Bastilla como uno de los grande hitos en la lucha de la humanidad por los tres principios que instauró la Revolución francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad; las fuerzas franquistas quisieron dejar claro en este su primer catorce de Julio como amos de Gijón, que las bayonetas habían derrotado a la razón y la fuerza, a la justicia. Las tres palabras mitológicas, representadas por un hombre libertario, por un hombre igualitario y por un hombre fraternal: Marcelino Ovies, José Tourman y Alfredo Díaz, iban a ser fusiladas en las tapias del cementerio de Ceares.

Galería de condenados a muerte de la prisión de El Coto, primeras horas de la madrugada: sonido fúnebre de cerrojos que se descorren, puertas que se abren y nombres que se pronuncian seguidos de una misma orden: ¡vístase! Y el pobre Alfredo Díaz, Alfredín el del vidrio, como le conocían todos, creía que, por fin, se había aprobado el canje de prisioneros y que pronto estaría libre en Barcelona: Luisín, no me olvido de lo tuyo, dijo al pasar por delante de la celda en la que estaba Luis Quirós. No me olvido de lo tuyo siginificaba que en cuanto estuviese en Barcelona se dedicaría en cuerpo y alma a conseguir la libertad de su amigo y compañero. No, no era una ensoñación ni un trastorno mental producido por tantos días de tensión y angustia; no, Alfredín el del vidrio no fundaba sus esperanzas en su fama de hombre bondadoso, sino en un hecho puntual y domostrable: había salvado la vida de un coronel enemigo. Ese coronel había sido hecho prisionero en el frente de Vizcaya y lo querían fusilar allí mismo; Alfredo Díaz, comisario político del batallón, consiguió impedirlo y trasladó al coronel a la retaguardia, donde fue un prisionero más. Por eso él esperaba que ahora...

Liberté, Egalité, Fraternité... Marcelino Ovies, José Tourman, Alfredo Díaz.

Marcelino Ovies Cabo, de cuarenta y un años, casado, ebanista de profesión. Nacido en Avilés, pero avecindado en Gijón, veterano luchador y sindicalista, fue durante mucho tiempo el secretario general de la Federación Local de Sindicatos de la CNT y era vocal nato de la Asociación de Cultura e Higiene de los barrios nuevos de Ceares.

José Tourman Alvarez, natural de Gijón, aunque su apellido hable de un origen francés, tenía cuarenta y nueve años, estaba casado y era también ebanista. Miembro veterano de la CNT, al comenzar la guerra, se trasladó de París, donde llevaba viviendo quince años, a Gijón. Fue nombrado consejero de Industria del gobierno de Asturias y León, siendo sustituido a los tres meses por Segundo Blanco. Desempeñó la secretaría general del Sindicato de la Construcción de la CNT.

Alfredo Díaz González, natural de Gijón, de treinta y dos años de edad, casado, trabajador de La Industria y Laviada, dirigente del Sindicato del Vidrio de la CNT, estuvo adscrito a la Consejería de Industria, pasando después a desempeñar el cargo de comisario político en un batallón de milicias.

Libertad, Igualdad, Fraternidad: Marcelino Ovies, José Tourman, Alfredo Díaz. Fusilados en Gijón el catorce de Julio de 1938.

Nous entrerons dans la carrière
Quand nos aînés n'y seront plus,
Nous y trouverons leur poussière
Et la trace de leurs vertus

 

El Noroeste, 27-10-1919

De los presos por delitos sociales
El caso Tourman

Muy señor nuestro: Otra vez volvemos a rogarle inserte en el diario de su digna dirección la siguiente protesta sobre el caso de Tourman, pues con este compañero se está cometiendo en la cárcel de Oviedo una verdadera herejía. Nuestro sincero agradecimiento por tal favor. De usted afectísimos y seguros servidores.

Los presos por cuestiones sociales.
Desde el día en que José Tourmán ingresó en la prisión correccional de Oviedo, a disposición del señor gobernador, permanece en una celda de la primera galería, rigurosamente incomunicado.
Un preso que no está sujeto a proceso, ni como supuesto autor de delito alguno (no sabemos si es delito profesar determinadas ideas progresivas), ¿puede ser incomunicado?
Si Tourman estuviese reclamado por algún juez, siquiera como supuesto cómplice en algún delito, tendría quizá justificación su situación de incomunicado.
Pero no es así, pues a dicho compañero sólo se le persigue por sus ideas, porque el Sindicato de Transportes molesta a ciertos influyentes patronos.
¿Es que quién ordena y manda en la prisión, cuando se trata de presos sociales, no es el señor director de la misma?
Y aunque las atribuciones del señor gobernador llegasen al inconcebible límite de incomunicar en la cárcel a obreros que no han dilinquido, ¿cuánto ha de durar la incomunicación?
Tenemos que este proceder, a todas luces injusto, traiga derivaciones lamentables.
Antes de que lleguen, debe rectificarse la injusticia que con Tourman se está cometiendo. Este es un padre de familia, un obrero, y no es digno de la ignominia que sufre.
¿Por qué la esposa y los hijos de Tourman tampoco pueden comunicar con los demás presos sociales de la cárcel de Oviedo?
El señor gobernador tiene la palabra y la autoridad.
Y el señor director de la prisión tiene el Reglamente de las prisiones españolas.
Fdo.: José María Martínez, Juanelo Fernández, Herminio Prieto, Rito Esteban, C. Senert.

PD.- Detenido en más ocasiones por sus actividades sindicales, José Tourman fue expulsado de Asturias en Octubre de 1921, momento en el que, probablemente, trasladó su residencia a París.