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La Libertad es un bien muy preciado
Campo de concentración de Figueirido (Pontevedra)

 

Situado dentro de las instalaciones del cuartel de artillería preexistente fue posteriormente habilitado como cárcel en la que cumplieron condena los prisioneros de guerra republicanos condenados en consejo de guerra a penas de prisión.

Un grupo de prisioneros asturianos procedente de la expedición ya citada que llegó a La Coruña en el vapor "Alfonso Senra" fue trasladado a este campo de concentración.

Según relata José Mª Alvarez Viña, miembro de la CNT destinado en el frente de Oviedo y capturado en el vapor "Llodio", tras ser condenado en un consejo de guerra celebrado en Gijón a pena de muerte, posteriormente conmutada por la de reclusión perpetua, el día 16 de Mayo de 1938 salió de la cárcel de El Coto de Gijón una expedición de 250 presos con destino a Figueirido. El viaje se efectuó por ferrocarril en vagones de los destinados a ganado, colocándose cuarenta prisioneros en cada vagón, amarrados, y una pareja de la guardia civil para custodiarlos. El viaje duró treinta y dos horas y finalizó con una caminata de dos kilómetros y medio, cuesta arriba, amarrados y con el petate, hasta llegar al cuartel de Artillería. En ese momento había ya en Figueirido otros quinientos presos más. Durante casi dos meses permanecieron en situación de incomunicados en período de observación sin poder salir a pasear a los patios. La comida, según Viña, mejoró mucho con respecto a la de la cárcel de El Coto; solía consistir en café con leche para el desayuno, garbanzos con fideos y judías blancas o patatas con judías de color, acompañado de tocino, para la comida del mediodía, y lo mismo para la cena. Esta alimentación aceptable fue empeorando con el tiempo y los presos consiguían subsistir gracias a los paquetes de comida que recibían de su familia y a lo que podían comprar en el economato.

El toque de diana era a las seis y media de la mañana; a las siete y media, el desayuno; a la una, la comida; a las ocho, la cena, y a las diez, silencio. Paseo diario de una hora en un pequeño recinto del patio, alambrado y enfilado por las ametralladores situadas en los tejados. Aunque Viña no lo menciona, se supone que los presos formarían todos los días, por la mañana y por la tarde, para izar y arriar la bandera, pero si dice que la misa era obligatoria los domingos.

Uno de los graves problemas de Figueirido fue la escasez de agua potable, escasez que impedía el aseo y la limpieza de la ropa, lo que facilitó la aparición de todo tipo de enfermedades, especialmente de la piel. Los presos consiguieron autorización para que las mujeres de la zona les lavasen la ropa pagando de su bolsillo una peseta por cada muda completa.

El día veintiocho de Junio de 1938 y el doce de Julio llegaron a Figueirido dos expediciones de prisioneros porcedentes del Campo de Concentración de Camposancos. La primera la formaban un total de ciento cuarenta y ocho presos y la segunda, noventa y cuatro. Todos habían sido condenados en consejo de guerra por el tribunal militar permanente que desde Gijón se trasladó al citado Campo de Concentración.

Según Manuel Muñiz Manso, que fue uno de estos presos trasladados desde Camposancos a Figueirido a cumplir condena, en esta cárcel provisional los presos pasaron muchísima hambre. No pocos vecinos de la zona, conocedores de la situación que se vivía dentro de la cárcel, entregaban hogazas de pan a los presos, y hasta el párroco del lugar les socorría también con víveres. Este párroco, que por su bondad caritativa era muy apreciado por la población penal, murió un día al caer por una escalera de la cárcel.

Figuerido, que primero funcionó muy probablemente como campo de concentración y posteriormente como cárcel provisional, no era cárcel de sangre, es decir, los reclusos que albergaba estaban condenados a penas de años, pero no había ningún corredor de la muerte con presos a la espera de ser ejecutados. Las ejecuciones que se celebraron en las cercanías de Figueirido se hicieron con presos traídos desde el campo de concentración de Camposancos que habían sido condenados a muerte. Sí se conoce el caso de un preso, Germán Santamaría, ferroviario, natural de Torrelobatón, en la provincia de Valladolid, al que vino a buscar a la cárcel el que dijo ser su cuñado y sargento de la guardia de Asalto. Se lo llevó y lo mató. En el consejo de guerra que tuvo en Gijón, Germán había sido condenado a pena de muerte, pero se le conmutó por la de reclusión perpetua. Después de haber sido "paseado", en la causa del consejo de guerra se añadió un "enterado" autorizando la ejecución de la pena de muerte, escrito que está fechado diez días después de la inscripción de la defunción Registro Civil de Pontevedra. Cobertura legal para un asesinato más.

Durante la Segunda Guerra Mundial, estuvieron presos en Figueirido aviadores ingleses a los que socorría con comida y dinero el consulado inglés para que no pasaran tanta hambre como los presos españoles.

Relación de prisioneros fusilados en las afueras de Pontevedra según datos del Registro Civil.

Es muy probable que estos prisioneros procediesen del Campo de Concentración de Camposancos.

Todos por certificación y orden del juez instructor. Muerte a las 4,30h. Cementerio de esta capital.

Francisco García Balbuena 2-7-38. L 133 F 125
Natural de Palacio de Torío, León, hijo de Ubaldo y Jacoba, 33 años, casado con Honorina Sánchez Alvarez (Miguel, Basilio, Ubaldo, Sagrario y Pilar), minero.

Florentino García García 2-7-38. L 133 F 127
Natural de Barros, Langreo, 25 años, soltero, ayudante de calderero.

José Ramón González Hevia 2-7-38. L 133 F 131
Natural de Sotiello, Gijón, 31 años, casado, fogonero.

Pablo González Fernández 2-7-38. L 133 F 132
Natural de Lanio, Salas, 34 años, labrador, casado

Angel Peláez García 2-7-38. L 133 F 133
Natural de Valdredo, 26 años, soltero, barbero

Joaquín García Escobar. 2-7-38. L 133 F 134
Natural de Caborana, 28 años, soltero, minero.

Jovino Fernández López 2-7-38. L 133 F 136
Natural de Cangas de Onís, hijo de Ramón y Virginia, 29 años, casado con Rosa Bobes Cueva (Celestino).

Juan Bautista Iglesias Fernández 2-7-38. L 133 F 137
Natural de Oviedo, hijo de Francisco y Amalia, 37 años, casado, pescador.

Angel Amatria San José 2-7-38. L 133 F 148
Natural de Bayona, Francia, 28 años, soltero, guardia de Asalto.


El único dato algo fiable que tienen en común los muertos por enfermedad en Figueirido es que no son naturales de Galicia y aparecen como vecinos de Salcedo, parroquia lindante con Figueirido, en cuyo cementerio son enterrados, menos los que mueren, probablemente en el hospital de Pontevedra, que los entierran en el cementerio de la capital.


Emilio Miguel Ortega 17-7-38. L 133 F 174 dudoso
Natural de Páramo de Boedo, Palencia, 24 años, soltero, labrador. Falleció a las 10,30h de ayer en el hospital a consecuencia de meningoencefalitis.

Modesto Iglesias Santamaría 30-7-38. L 133 F 197 dudoso
Natural de Valladolid, hijo de Lino y Melitona, soltero, sombrerero. Falleció ayer a las 20 h de parálisis bronquial.


José López Alvarez

Fermín Monfort García

José López Cachaceiro

Leonides Calzada Zamora

Germán Santamaría Rodríguez

Antonio Méndez Gómez 13-1-39 L 133 F 486
Natural de Badajoz, 22 años, soltero, mecánico. El día de ayer a las 8 h a consecuencia de "fractura suprema leolar izquierdo".

Dámaso Gutiérrez Pardo

Luciano Alonso Riesgo

Santos Merino

Adolfo González Pérez

Nicolás Alonso

Jerónimo Fernández Menéndez

Clemente Calvo Vidal

Elviro Lozano Canal

Juan José Castillo Gómez

José Coto Remy

Pedro Collado.

Vicente Valdés Garcés

Angel Legasa Bueno. Falleció en la enfermería de Figueirido el 21-12-1942.
Natural de Larrasoaña, Navarra, vecino de Bilbao, 57 años, guardia civil, casado con Adela Bataller Martín.
En consejo de guerra celebrado en Bilbao el 1-10-1938 había sido condenado a pena de muerte, que le fue conmutada por la de reclusión perpetua.
Información facilitada por su nieta Adela Legasa Arrese.