Polémica
en 1948 sobre el caso español en la prensa británica.
Publicado
en Tribune.
Reproducido por Política,
órgano de Izquierda Republicana
editado en París.
El
popular semanario londinense Tribune, que representa los
ideales de la izquierda socialista de Gran Bretaña,
publicó con fecha 20 de agosto último una
carta abierta del Sr. Alvarez del Vayo, en la que éste
se quejaba amargamente de la conducta del gobierno laborista
respecto a España, y especialmente de la actitud
personal, en este asunto, de los señores Attlee y
Bevin.
En el mismo periódico apareció el día
27 de agosto otra carta del Sr. Araquistain,
en la que éste atribuía a Rusia la causa principal
de lo que está ocurriendo en España, y nos
aconsejaba resignarnos con la fatalidad de nuestro infortunio.
El
Sr. Balbontín, secretario de Izquierda Republicana
en Gran Bretaña, intervino en la polémica
con una carta publicada en Tribune el 3 de septiembre, que
a continuación reproducimos:
“Durante la última guerra estuve en Londres
todo el tiempo, y tomé parte activa en la defensa
de la causa de los Aliados ante los países de habla
española. Pertenezco al partido de Izquierda Republicana,
que es uno de los pilares fundamentales del gobierno republicano
español en el exilio, presidido por el Sr. Albornoz.
En vista de estos hechos, ¿se me permite intervenir
en la polémica planteada por la carta abierta del
Sr. Alvarez del Vayo, publicada en Tribune el 20 de Agosto?
Los republicanos españoles, en general, estamos
descontentos de la política seguida por el gobierno
laborista con respecto a España. No es porque
el gobierno laborista no haya enviado fuerzas militares
a España para derribar a Franco, como lo
hizo en Grecia por otros motivos (nos damos cuenta
de que nuestro caso es diferente); ni tampoco porque el
gobierno laborista no haya adoptado ninguna otra medida
efectiva para ayudar al pueblo español en su lucha
contra Franco, según lo ofrecido durante la campaña
electoral británica de 1945; sino principalmente
porque nosotros estimamos que el gobierno laborista
está ayudando prácticamente a Franco mediante
el auxilio económico contenido en los diversos tratados
mercantiles, cada vez más ventajosos para
el franquismo, y mediante el apoyo político prestado
en todo momento, con una habilidad digna de mejor causa,
por los representantes del gobierno laborista en las reuniones
de la ONU. En este sentido, los republicanos españoles,
en general, compartimos la queja expresada por el Sr. Alvarez
del Vayo, aunque no estemos de acuerdo con él en
otros extremos de nuestro problema, que ahora no son del
caso.
El Sr. Araquistain ofrece como una explicación,
aunque no como una justificación, de la conducta
del gobierno laborista respecto a España el hecho
de que Inglaterra ve en Franco una mayor garantía
contra la expansión rusa que en cualquier otro régimen
español imaginable.Yo también creo
que ésta es la verdadera razón de la benevolencia
mostrada por Inglaterra hacia Franco, a pesar de su declarada
solidaridad con Hitler; pero no me siento tan resignado
como el Sr. Araquistain con lo que el llama la “fatalidad
histórica” de nuestro infortunio, y no pudiendo
combatirlo de otro modo, agradecería mucho la generosa
hospitalidad de Tribune para formular dos preguntas concretas,
no ante el Partido Laborista, sino ante la democracia británica
en general.
Primera: ¿Cree la democracia británica
que le es lícito mantener una tiranía del
tipo de la de Franco en defensa de los intereses de la Gran
Bretaña? Si esto es así, ¿cuál
es la diferencia entre la “moralidad democrática”
y la “inmoralidad fascista”?
Segunda: Colocando la cuestión sobre
una base práctica para que no nos llamen “idealistas
quijotescos”, ¿no teme la democracia británica
que, en el caso de una tercera guerra mundial en la que
participara Franco, el pueblo español, vejado y escarnecido
por el yugo franquista, se colocara inevitablemente al lado
de los enemigos de Franco, cualesquiera que ellos fuesen?
El pueblo español, en su conjunto, desaprueba
la “dictadura del proletariado”, pero mucho
menos aún admite la “dictadura del episcopado”,
un episcopado de fanatismo medieval, que es lo que late
bajo la armadura franquista. Se olvida demasiado fácilmente
que para el pueblo español, me refiero al pueblo
trabajador y honrado, no hay nada en el mundo tan odioso
como la tiranía de Franco.”