La Medalla
de Oro de Gijón para el teniente general del Ejército
del Aire Julián Rubio López.
El
día 28 de Marzo de 1963, en el salón
de honor del Ministerio del Aire, en Madrid, el alcalde
de Gijón, don Ignacio Bertrand, impuso la medalla
de oro de la ciudad al teniente general don Julián
Rubio López, jefe del Mando de la Defensa Aérea.
“El
acto estuvo presidido por el ministro del Aire,
teniente general don José Lacalle Larraga, que estaba
acompañado del jefe del Estado Mayor del Aire, teniente
general Martínez Merino; por el subsecretario, general
Gil Mendizábal y otros altos jefes del Ejército
del Aire.
El
alcalde de Gijón pronunció unas palabras
expresando su satisfacción y la de la Corporación
al otorgar esta distinción al teniente general señor
Rubio, que tan activamente tomó parte en la liberación
de Gijón. Seguidamente entregó la medalla
al homenajeado, quien agradeció la distinción
que aceptaba –dijo- en nombre de todos los aviadores
que lucharon en la guerra.
Por
último, el ministro, después de señalar
la paz y la tranquilidad que reinan en España, merced
a la sabia política del Caudillo, se refirió
al heroico comportamiento de la ciudad de Gijón durante
la guerra de liberación, heroicidad que, igual que
la de otras ciudades españolas –afirmó-,
permitió que España recuperase su pulso.”
Con
la graduación de comandante, Julián Rubio
López era el jefe de la base aérea de la Virgen
del Camino, en León, y en Julio de 1936 se unió
a la rebelión militar, pese a la seguridad que en
los estamentos gubernamentales se tenía sobre su
fidelidad a la República. Del aeródromo bajo
su mando salieron los aviones que bombardearon Gijón
en las primeras semanas de guerra.