De Abril a Abril
Dedicado, con
mi alma dolorida, a todas las víctimas de la represión
Por Melchor
Rodríguez
Siempre que, hallándome reunido entre camaradas,
comentábamos con indignación y rabia la
represión violenta del Poder público contra
el proletariado español, y cuando alguno de los
comentaristas preguntaba horrorizado: "¿Cuántos
van ya?", a esto solía yo responder: "Ya
lo sabréis, camaradas; os prometo, por mi parte,
publicar, al cumplirse el año, la lista completa
de muertos causados durante el año transcurrido."
Y heme aquí,
cumpliendo al pie de la letra mi empeñada palabra,
no sin sentir enormemente que la antipática
"Doña Anastasia" (vulgo censura previa),
flamantemente disfrazada de ley de "defensa"
de la República, me impida llamar a las cosas por
su propio nombre, ya que (por desgracia para mí)
ni nací ni me eduqué entre hombres inteligentes,
de quienes hubiera aprendido a reflejar el pensamiento
en las cuartillas sin "caer" en la trampa de
la ley, que, como dijo Cicerón, "... es una
tela de araña en la cual caen las moscas, pero
no el milano".
Torpe, sí,
porque es la pluma de un obrero nacido en una injusta
sociedad capitalista, la que jamás se preocupó
(y sí al contrario) de facilitar medios de cultura
a los hombres que tenemos la gran desgracia de pertenecer
a una clase por ellos despreciativamente conceptuada como
"¡clase baja!"
Torpe, sí,
porque es la pluma de un explotado, condenado por un régimen
de arbitrariedad a ser toda su vida un paria, un oprimido,
un atropellado, un hambriento..., un esclavo, en fin,
convertido en instrumento, en máquina humana, que
sólo ha de servir para producir placeres y bienestar
constante a los propios tiranos, erigidos en supremos
jueces de una Humanidad ultrajada, pisoteada, dolorida
y sangrante...
Y he aquí
mi pluma proletaria, fuertemente templada contra la injusticia
de los hombres, teniendo que revestirse ante el dolor
elocuente de una mortuoria lista de seres humanos.
Ahí
tienes, pueblo español; tú, que todo lo
diste por una revolución terminadora de hambre,
miserias e injusticias; ahí tienes, repito, ¡oh,
pueblo sufrido!, el doloroso balance de un año.
Detente un
poco y lee:
Balance
numérico de muertos por la represión oficial
desde el 14 de Abril de 1931 al 14 de Abril de 1932
Poblaciones |
Muertos |
Poblaciones |
Muertos |
Barcelona |
2
|
Zaragoza
|
1 |
Sevilla
|
2
|
Gijón |
5 |
Barcelona |
1 |
Ctra.
Tarrasa |
1 |
Madrid |
2 |
Tineo |
1 |
Córdoba |
4 |
La Almarcha |
1 |
Pasajes |
7 |
Feria
|
1 |
Bilbao |
1 |
Castilblanco |
1 |
Málaga
|
5 |
Zalamea
de Serena |
1 |
Granada |
1 |
Epila |
2 |
Pamplona
|
1
|
Jerasa |
4 |
Blanes |
2 |
Calzada
Calatrava |
1 |
Cardona |
1 |
Puertollano |
1 |
Logroño
|
1 |
Arnedo |
11 |
Coruña
|
1 |
Coruña |
1 |
Asturias |
1 |
Málaga |
1 |
Carcabuey |
1 |
Sevilla |
1 |
Sevilla |
39 |
Córdoba |
1 |
Barcelona
|
16
|
Padul |
2 |
Zaragoza |
1 |
Zaragoza |
4 |
Olivares |
1 |
Huelva |
1 |
Malón |
1 |
Navalmoral d Mata |
1 |
Corral
d Almaguer |
5 |
Badalona |
1 |
Palacios
Rubios |
4 |
Lora
del Río |
1 |
Sevilla |
1 |
Orense |
1 |
Chozas
de Canales |
1
|
Antequera |
1 |
Gilena
|
5
|
Las
Palmas |
1 |
Melilla |
1 |
Chipiona |
2 |
(Hasta
aquí, Maura, el
de los 108) |
Pinos Puente |
1 |
Osuna |
1 |
Talavera
|
1 |
Total
muertos por la fuerza pública 166 (*) |
Granja
Torrehmosa |
1 |
Burgos |
1 |
|
|
Parla |
1 |
|
|
Bujalance |
1 |
|
|
Almodóvar
del Río |
1 |
|
|
¡Ciento
sesenta y seis vidas arrasadas como consecuencia de una
represión inhumana! ¡Ciento sesenta y seis
cadáveres, calientes aún (el penúltimo
el de una niña de once años, cuya madre
cayó también gravísimamente herida),
cuyo hondo recuerdo, de amor e indignación al mismo
tiempo, nos hace pensar en la necesidad de realizar una
acción común que haga posible un cambio
de sistema económico y social, en el que la justicia
impere y la fraternidad humana evite tantos dolores y
tantas angustias!
¡Pasajes!,
¡Parque de María Luisa!, ¡Jefatura
de Policía de Barcelona!, ¡Arnedo!, ¡"Malos
Aires", barco maldito!, ¡España proletaria,
enlutada!
He ahí
el fúnebre símbolo de una España
ancestral, cuyo martirologio tendrá la virtud de
hacer resucitar una España nueva, prólogo
sublime de un mundo mejor, en donde el sol de la Justicia
y de la Libertad bañe por igual a todos los humanos,
inundando de amor y fraternidad las conciencias y los
corazones, hasta hacer totalmente imposible que los hombres
se exploten, se odien y se despedacen como fieras salvajes...
Y no sólo esto, sino que tampoco tengamos que lamentar
el desolador balance de otro segundo 14 de Abril, en cuyo
aniversario, y mientras el luto, el dolor y la miseria
se ensaña en los humildes hogares de los deudos
de las ¡ciento sesenta y seis! víctimas,
no han faltado divertimentos, más o menos artificiosos,
que el pueblo español que sufre no pudo compartir.
(*) Conste
que sólo hemos anotado los muertos habidos por
causas derivadas de conflictos sociales; que por otros
diversos motivos han sido muchos también los que
han caído, víctimas de la represión
republicana.
La Tierra,
18-4-32
Hemeroteca Municipal de Madrid
Un año
después, el 18 de Abril de 1933, Melchor Rodríguez
volvía a publicar en las páginas de "La
Tierra" la siniestra relación geográfica
marcada por la represión policial: ciento veintiún
nuevas víctimas. A destacar, las veintitrés
personas muertas en los enfrentamientos de Casas Viejas.
En dos años, la policía de la "República
de Trabajadores" se había llevado por delante
la vida de doscientos ochenta y siete proletarios. Las
cárceles estaban llenas de sindicalistas, la mayoría,
sin orden judicial ni delito flagrante. Otros miles más
habían sido deportados a Guinea, la prensa era
censurada por el gobierno y la aplicación del "estado
de alarma" y de las leyes de "defensa de la
República" y de orden público redujeron
a la mínima expresión las garantías
y derechos individuales...
El anarquista
Melchor Rodríguez, nació en Sevilla pero
se avecindó en Madrid, donde fue un destacado militante
de la FAI y de la CNT. Escribió colaboraciones
en varios periódicos, entre ellos en "La Tierra",
dirigido por Cánovas Cervantes. Este periódico
fue el portavoz de la oposición republicana de
izquierdas durante el período constituyente. Melchor
Rodríguez destacó durante la guerra por
su actuación como director de prisiones, período
en que consiguió poner fin a las "sacas"
de presos, especialmente en Madrid, ciudad de la que fue
también concejal. Al final de la guerra, fue condenado
por los franquistas en consejo de guerra a reclusión
perpetua.