El proletariado socialista mundial se apresta a celebrar
el Primero de Mayo en días de suma gravedad.
El incendio de la guerra de Extremo Oriente no se ha
extinguido todavía. En el territorio chino
permanecen aún las tropas japonesas. Subsiste amenazador
el peligro de que la agresión del Japón
y la negativa de los gobiernos capitalistas a obligar
a aquél a respetar sus compromisos contractuales
lleven en sí el germen de una nueva guerra mundial.
Los trabajadores de todos los países deben conceder
la máxima atención al desarrollo de los
acontecimientos.
Nos
manifestaremos el Primero de Mayo:
Contra el imperialismo japonés.
Contra los beneficiarios del sistema de bandidaje imperialista.
Contra el imperialismo mundial.
Contra la guerra.
Mientras
que la guerra asola el Extremo Oriente, en Ginebra han
comenzado las discusiones de la Conferencia de Desarme.
Precisamente porque son grandes los peligros de guerra
es por lo que urge el desarme de todos los países.
Mientras subsista el capitalismo, un desarme internacional
en masa no alejaría los peligros de guerra, es
verdad, pero los reduciría considerablemente. Se
trata de obtener el desarme por la lucha contra el militarismo
y el imperialismo.
Nos
manifestaremos el Primero de Mayo:
Contra los preparativos de guerra.
Por la reducción en masa de todos los armamentos.
Por la paz mundial.
¡Trabajadores
de todos los países!
El resultado de las luchas electorales en que el proletariado
está empeñado actualmente será de
una importancia histórica. Se trata ante todo
de rechazar las tentativas del gran capital, que quiere
extender el reino del fascismo. Se trata de proteger a
la democracia, de defender las bases del movimiento obrero
en Alemania, de derribar al Gobierno de reacción
nacionalista en Francia y de afirmar la fuerza proletaria
en Viena la roja.
Nos
manifestaremos el Primero de Mayo:
Contra el fascismo.
Contra toda tentativa encaminada a privar de sus derechos
a la clase obrera.
Por la democracia.
Más
claramente que nunca, el capitalismo prueba en esta crisis
terrible su incapacidad para atender a las necesidades
más elementales de la Humanidad. Las fuerzas productivas
que el capitalismo ha creado no puede dominarlas. La
angustia y la miseria de millones de seres humanos, el
cierre de fábricas y el paro intenso son las señas
del ocaso del capitalismo.
Unicamente
la organización de la economía mundial,
únicamente la aplicación de los principios
económicos socialistas puede facilitar la solución
de la crisis. El hundimiento del fascismo debe dejar paso
a una transformación de la sociedad actual en una
sociedad socialista.
Nos
manifestaremos el Primero de Mayo:
Contra la locura de la economía capitalista.
Porque se asegure un nivel de existencia suficiente a
las víctimas del capitalismo.
Por la semana de cuarenta horas.
Por la realización del Socialismo.
En
las luchas históricas en que el proletariado combate
actualmente, el proletariado, el proletariado será
tanto más fuerte cuanto mejor sepa asegurar su
unidad orgánica. Todo fraccionamiento de las fuerzas
proletarias contribuye a afianzar al enemigo de clase.
Nos
manifestaremos el Primero de Mayo:
Contra la escisión del proletariado.
Por la completa unidad orgánica de la clase obrera.
La
Mesa de la Internacional
Obrera Socialista.
Zurich,
Abril de 1932.
(Publicado
en el diario socialista asturiano Avance)