Mientras el Pueblo dormita, sus defensores auténticos
son perseguidos sañudamente.
Hoja
clandestina repartida en Barcelona, probablemente
por el grupo "Los amigos de Durruti", ¿invierno
de 1937?
Internationaal Instituut voor Social Geschiedenis,
Amsterdam.
No
basta ser encarcelado: hay que pasar por la ignominia
de la deportación. Como si fuera ganado ovejuno,
-sin atender a los rigores de la estación, a razones
de edad, y aún de salud-, el Carcelero ha dispuesto
esta nueva repartición del material de ergástula:
45
- Tarrasa
44 - Rosas
65 - Manresa
35 - Vich
30 - Mataró
7 - Sabadell
226.
En total son 226 compañeros, de la Cárcel
Modelo de Barcelona, los que van a la deportación.
¿Por qué motivos? No se sabe. Lo que no
se ignora, es que el 19 de julio los Carceleros estaban
bien resguardados tras esos 226, -el resto de una rebelde
legión-. Y lo que tampoco se ignora, es que el
Ministerio de "Justicia" de esta República
de Deportadores está bien regentado, por los cómplices
mismos de los que fueron entregando al capitalismo extranjero
Bilbao, después de Málaga; todo el Norte,
después de Bilbao.
¡Al
trabajo, para que se entere! ¡Al público,
para que se conozca! En medio de tantos "Festivales
contra el Frío del Frente", hay hombres, compañeros,
revolucionarios, rebeldes a los que fríamente,
y sin claro proceso, se les envía
a la Deportación. Al Trabajo, para que se entere,
y a todo el Público para que conozca que, mientras
tanta literatura se derrocha y tanta Propaganda Ministerial
se emplea en combatir al "Fascio", otro fascismo
se ha incubado, ha crecido y prospera magníficamente
aquí: el de la Cheka, el de los verdugos del pueblo
de Rusia. El Fascismo que tiene de Cheka tanto como de
Inquisición.
Y
ha sido grave, gravísimo, el que tantos compañeros
sean retirados de la circulación pública,
aherrojados y degradados en medio de todas las privaciones:
¡la Cárcel! Familias deshechas, juventud
enfermada, la Revolución huérfana de sus
mejores. Todo esto es ya abominable. Pero, en la impunidad
en que hasta ahora viven, los verdugos del pueblo justiciero
todavía reservaban esta ignominia a los supervivientes
de tantas legiones luchadoras: 226, por ahora, van a la
Deportación.
No
han pasado antes por ningún Tribunal. No los ha
interrogado ningún juez decente. No saben, esos
deportados, de qué se les acusa, ni porqué
se les maltrata. Ignoran, desde el primer día,
porqué dejaron de merecer la libertad. Esto, era
ya horroroso. Era ya enorme. Mas, ahora, hay que añadir
la vejación de verse desamparados. Y la vejación
de saber que, para otros perseguidos, se necesitan
puestos en la Cárcel Central.
¿Con
qué autoridad va a combatir un gobierno así
al fascismo? ¿Qué nueva clase de Refugiados
están formando los gobernadores? ¡Hipócritas
de la Quinta Columna! En ningún sitio existiría
ella si no estuviese en el Gobierno. En un Estado de facciosos
y en Ministerios de Deportadores.
¡Por
nuestros presos! ¡Por la Justicia a la luz del día!
¡Por la Libertad!