En
la mañana del jueves, día 12 (Agosto de
1937), sin mandato legal ni orden alguna que justificase
tal actitud, irrumpieron el domicilio del Comité
Regional de la C.N.T. gran cantidad de fuerzas de la 11
División, al frente de las cuales iban un Comandante,
apellidado Arroyo y un Comisario político de uno
de los Batallones de la 100 Brigada Mixta, los
que procedieron a efectuar un registro en dicho local,
siendo advertidos por los compañeros que restaban
del Comité Regional, que debían llevar orden
expresa y escrita de verificar tal registro, suscrita
por la autoridad civil a cuyo fuero, como paisanos, nos
hallábamos sometidos.
Por lo tanto, el que fuesen fuerzas militares las que
realizasen tal diligencia, fue motivo para que se
consultase al Gobernador General de Aragón, el
cual, por teléfono y en presencia nuestra, desautorizó
a los oficiales que mandaban las fuerzas que habían
entrado en nuestro domicilio social y advirtió
que de ninguna forma se llegase a la incautación
o clausura del referido Centro. A tal medida,
el Comisario antedicho manifestó que a él
no le importaba nada en absoluto el Gobernador General,
ya que tenía órdenes secretas
que forzosamente había de cumplimentar. Horas después
secundaron la labor de los elemento militares, fuerzas
de Orden Público, que prosiguieron la labor iniciada
por aquellas, practicando detenciones y encontrando algunas
armas en el local.
A la vez se procedía en todos los centros
sindicales de la C.N.T. - F.A.I. y Juventudes Libertarias,
a efectuar idénticos registros y detenciones de
los compañeros que en ellos se hallaban.
En la tarde del mismo día, encontrándose
reunidos en la Casa Consistorial el Consejo Municipal
en pleno, para tratar de la contestación que tenía
que enviar al saludo que el Gobernador General de Aragón
había remitido al Consejo Municipal de Alcañiz,
se presentó un Comisario con fuerzas a sus órdenes
y exhibiendo una autorización del Juez de Instrucciones
de la Plaza, procedieron a efectuar un cacheo en todas
las dependencias del referido Consejo, notificándoles
que mientras no se diesen por terminados los cacheos permanecían
detenidos los Consejeros en el Salón de Sesiones
donde se hallaban. Una vez terminado el registro, se les
comunicó que quedaban detenidos y a disposición
del Gobernador por haberse encontrado determinada
cantidad de plata en monedas de cinco pesetas, cantidad
que el Consejo Municipal había llevado repetidas
vaces al Departamento de Hacienda del Consejo de Aragón
en Caspe para que en él le aclarasen el alcance
de la disposición que prohibía tener plata.
Después de permanecer detenidos en el Consejo Municipal
durante más de cuatro horas, una Sección
de guardias de Asalto los trasladó a Comisaría
y de allí a la cárcel. Al día siguiente
vino el Juez a tomarles declaración para determinar
si había lugar a procesamiento; seguidamente fue
llamado y trasladado de la cárcel al Consejo Municipal
el Presidente destituido para que ante una Comisión
Gestora nombrada, según acreditaban sus credenciales,
por el Teniente Coronel de la Plaza, hiciese
entrega de los fondos municipales. Dicha Comisión
Gestora está integrada por cuatro Consejeros: Ángel
Sanz Navarro, de Izquierda Republicana; Pascual Noguera
Gómez y Angel Sánchez, por la U.G.T.; y.
Fabián Gil Barberán del Partido Comunista,
haciendo constar que de esta Comisión,
solamente hay uno que sea vecino de la localidad. Con
los Consejeros fue detenido también todo el personal
empleado en las oficinas y dependencias del Consejo Municipal.
En último registro practicado en el Comité
Regional de la C.N.T, dio como resultado el hallazgo de
una cantidad aproximada de doscientos jamones, que obraban
en poder de dicho Comité como depósito del
pueblo de Segura de Baños, que había tenido
que ser evacuado hacía unos meses por hallarse
enclavado en la línea de fuego de determinado sector
del frente aragonés. Como de dichos jamones
existían en poder del Comité Regional a
la vez que en el del Consejo Municipal del mencionado
pueblo recibo de la entrega de los mismos, que deberían
ser devueltos cuando el citado Consejo Municipal estimase
necesario. Los compañeros del Comité Regional
no creyeron oportuno oponerse a la incautación
practicada por las fuerzas de la 11 División, ya
que comprendían que ni aún él tenía
autoridad y derecho para disponer de los mencionados jamones.
Con este hallazgo se ha especulado de una forma deplorable
e insultante contra la moralidad y honradez de la Organización
Confederal, ya que sabiendo como se advirtió a
las fuerzas que se los llevaron, que dichos jamones pertenecían
a los evacuados del referido pueblo de Segura de Baños,
estas los exhibieron amontonados en el patio del Comité
Regional, creando en el pueblo una aversión hacia
las compañeros del Comité Regional. Al mismo
tiempo se recrudecía la persecución
más sañuda contra los componentes de dicho
Comité así como la de todas las compañeras
y familiares, entre ellos buen número de niños
que sin ninguna consideración fueron detenidos
y conducidos a la cárcel, donde han permanecido
dos días. Las mismas fuerzas, después de
destrozar las paredes y el suelo del edificio, desvalijaron
todas las Secretarías y habitaciones particulares,
destrozando algunos muebles y llevándose ropas
de uso personal así como diez máquinas de
escribir y otros enseres de las Secretarías.
Esas mismas fuerzas se atrevieron a abrir la correspondencia
dirigida al Comité Regional en presencia del compañero
Contador. También se incautaron las fuerzas de
la 11 División de siete automóviles, una
camioneta y dos motocicletas, propiedad de este Comité
Regional y de los cuales existían patentes extendidas
por la Delegación de Hacienda del Gobierno de la
República en Castellón. Igualmente se han
incautado de todas las cabezas de ganado lanar pertenecientes
a la Colectividad de pastores, sin tener para nada en
cuenta las constantes disposiciones que las autoridades
de la República han dictado relativas a la reproducción
y limitación del consumo de ganado.
Todos los detenidos han sido objeto del peor trato y de
los mayores insultos contra sí y sus familiares
pronunciados por las fuerzas de la 11 División
que se han comportado de una manera incivil para con el
pueblo de Alcañiz. Algún compañero,
entre ellos Ramón Jallo, han escuchado de labios
del propio Comandante Jefe de la citada División,
Líster, amenazas de muerte.
Se ha procedido igualmente en Alcañiz, por parte
de la 11 División la requisa de cuantos vehículos
poseía la Colectividad de Transportes y a la intervención
de los talleres en los cuales se hacen ahora las reparaciones
de los coches de la 11 División, dejando sin servir
las atenciones necesarias de los pueblos cercanos y la
localidad, que no pueden suministrarse de los víveres
necesarios, creando con ello un grave problema de hambre
en los pueblos.
Tenemos datos elocuentes de cuanto en otros pueblos de
Aragón ha acontecido, no solo por ésta,
sino por otras Divisiones o Brigadas igualmente comprendidas
en el Ejército Popular Regular.
En Esplús, fuerzas de la 27 División,
entraron desplegadas en guerrilla y haciendo fuego contra
unos campesinos que se hallaban trabajando en la huerta.
Seguidamente practicaron diversas detenciones, entre ellas
la de varios milicianos de la 127 Brigada Mixta, que se
hallaban con permiso en dicho pueblo.
En Alcolea de Cinca, fuerzas de la misma División,
procedieron a la detención de los miembros del
Consejo Municipal, exigiéndoles a la vez, que fueran
entregadas la mitad de las verduras y cincuenta litros
de leche diarios. Un local habilitado para los ancianos
de los pueblos próximos al frente, refugiados en
el mismo y debidamente atendidos por la Colectividad,
fue incautado por las mismas fuerzas arrojando a la calle
sin la menor de las consideraciones a los ancianos que
en él se hallaban. También se incautaron
de los Locales de los Sindicatos, Juventudes Libertarias,
destrozando las banderas y colocando una marxista en el
local de las Juventudes Socialistas Unificadas, creadas
en aquella misma fecha.
En Barbastro, el día 13 de madrugada, fuerzas de
Orden Público, con elementos civiles del Partido
Comunista, tomaron por asalto la casa. C.N.T.-F.A.I, incautándose
de ella las fuerzas mencionadas que la habitan actualmente,
llevándose detenidos a todos los compañeros
que en ella se hallaban. El resumen total de detenciones
practicadas asciende a más de sesenta.
En Monzón, las mismas fuerzas se incautaron de
los locales de la C.N.T. y detuvieron a todos los miembros
del Consejo Municipal de la Localidad, trasladándoles
a Barbastro, donde fueron encarcelados los representantes
de la C.N.T. en el Consejo y puestos en libertad los de
la U.G.T.
El día 12 del mes en curso, se personaron
en el pueblo de Angues, fuerzas pertenecientes a la 133
Brigada Mixta. Un kilómetro antes de llegar al
pueblo apagaron las luces de los camiones y procedieron
a desplegar en guerrilla, como si se tratase de la ocupación
de algún pueblo de la zona facciosa. Hacemos
constar que en el citado pueblo se hallaban de guarnición
las fuerzas de la Sección Cuerpo de Tren y Compañía
de Intendencia de la 127 Brigada Mixta. Personadas las
fuerzas de la 133 Brigada en el pueblo, procedieron en
primer lugar a efectuar un registro en el local del Sindicato
Único de Trabajadores de la C.N.T., incautándose
de un aparato de radio y una máquina de escribir,
destrozando por completo las alegorías
y Biblioteca existentes en el mismo. Después procedieron
a la busca y detención de los compañeros
que constituían el Consejo Municipal, siendo detenidos
cinco de ellos. Posteriormente y sobre
las doce de la noche emplazaron en la plaza del pueblo
cuatro ametralladoras frente a lo que antes fue iglesia,
convertida hoy en almacén de víveres que
se hallaba custodiado por fuerzas de la 127 Brigada, a
las que invitaron a retirarse del local y a que les hicieran
entrega de las llaves del mismo.
Las fuerzas que ocupaban el almacén de Intendencia,
naturalmente, se negaron a acceder a tales pretensiones,
ya que las fuerzas que tal cosa pretendían no llevaban
ni tan siquiera orden expresa por escrito del Jefe de
su Brigada para hacerlo. Durante la noche y día
siguiente se continuaron practicando los registros en
domicilios y centros de consumo, apoderándose en
el almacén del Comité Comarcal de Colectividades
de treinta sacos de azúcar, algunos kilos de café
y buen número de aves de corral que se habían
llevado de los domicilios de algunos ciudadanos. A las
cinco de la tarde del día 13, marcharon del pueblo
las referidas fuerzas, dejando en el vecindario, al igual
que en todos los pueblos por donde pasaron, un recuerdo
nada grato por los robos y atropellos de que hicieron
objeto a sus habitantes. Y por último, en la mañana
del día 14, sobre las nueve horas, un nuevo grupo
de soldados de la misma Brigada, se presentó en
los locales de la Colectividad, y encañonando a
dos ciudadanos inútiles que se hallaban haciendo
la distribución de los alimentos, se llevaron la
única máquina de escribir que quedaba en
el pueblo, completando así el saqueo del día
anterior.
Otro hecho lamentable ocurrió en la Comarcal
de Mas de las Matas. Cuando de este pueblo se
dirigían a Alcañiz cuatro guardias de orden
público del Consejo de Aragón, al llegar
a las inmediaciones de esta última población,
las guardias que minutos antes se habían establecido
en la carretera los detuvieron, conduciéndoles
al Cuartel General que la 11 División tenía
instalado en la carretera de Alcañiz a Caspe. Como
estos compañeros eran custodiados por un coche
que marchaba ante ellos, con fuerzas de la mencionada
división, supusieron -y para suponerlo
tenían suficientes motivos por la actitud nada
correcta de quienes los detuvieron- que iban a ser fusilados.
Bajo tal impresión, dos de ellos se lanzaron del
coche en marcha, yendo a caer en las cuneta de la carretera
y aprovechando la oscuridad de la noche pudieron escapar.
Los otros dos, continuaron su marcha, en el coche, sin
que hasta la fecha se tengan noticias de su paradero.
Del pueblo de Valderrobres, fueron detenidos los compañeros
Jacinto Prades, Manuel Cardona y Sebastián Boltaina,
los cuales se dirigían a Alcañiz con objeto
de adquirir abonos para la próxima siembra. A su
llegada a Alcañiz fueron detenidos, conducidos
al Cuartel General de la 11 División y enviados
más tarde al lugar donde se hallaban secuestrados
los compañeros del Comité Regional, donde
permanecieron hasta que fueron puestos en libertad estos
últimos. Por referencias, sabemos que quien efectuó
la detención de estos compañeros y la incautación
del coche que los conducía fue un capitán
apellidado Benages.
En Montalbán, fuerzas de la 30 División
practicaron registros en los centros sindicales y en el
Consejo Municipal, procediendo a la detención de
varios compañeros y miembros del Consejo.
En Utrillas, se repitieron por las mismas fuerzas los
registros y las detenciones.
En Escucha, prosiguió el registro de los centros
sindicales y Consejo Municipal, de los cuales se llevaron
los muebles y las máquinas de escribir. Fueron
detenidos todos los componentes del Consejo Municipal,
concediéndose después la libertad solamente
a los representantes de la U.G.T. en el Consejo.
En Palomar de Arroyos, se practicaron igualmente registros
y detenciones, entre ellas la del Presidente del Consejo
Municipal, llegando en los registros a llevarse como objeto
delictivo unos pendientes de niña, de la hija del
Conserje del Sindicato.
En Muniese, fuerzas de la 27 División, que hace
un tiempo se hallan descansando en dicha localidad, realizan
constantemente una labor destructora de las Colectividades.
Días pasados los Jefes de dicha División,
organizaron un mitin invitando al pueblo, que se percató
de la maniobra que con el acto se perseguía y no
acudió, motivo por el cual fue suspendido el anunciado
mitin.
En los pueblos de La Hoz de la Vieja, Alcaine, Josa y
Obón se practicaron registros que dieron por resultado
el hallazgo de algunas escopetas viejas.
En Blesa, fuerzas de la misma División,
durante la noche, se dedicaron a enbadurnar las paredes
del pueblo, con inscripciones despectivas para la C.N.T.,
la Revolución y las Colectividades. En
dicho pueblo y la misma noche en que realizaban lo anteriormente
expuesto, se llevaron un carro que efectuaba el reparto
de carne de la Colectividad y pintaron sobre su toldo
un gallo y debajo la inscripción "Esto es
el Comité de la C.N.T.". Los compañeros
del pueblo trasladaron el carro al Jefe de la 27 División,
para que castigase a quienes se mofaban y desprestigiaban
a una Organización responsable. Disimulando mal
la satisfacción que le producía aquel hecho,
éste les contestó, que no podía hacer
nada en aquel asunto, que no era de su competencia.
Estas son las pruebas concluyentes que el Comité
Regional de la C.N.T. en Aragón, presenta a las
autoridades de la República para que se sancione
a los que de forma tan incorrecta se comportan con los
campesinos que se esfuerzan constantemente para que nada
falte en los frentes de guerra y en la retaguardia. El
resultado de este desenfreno, solo comparable a la actuación
vandálica de las fuerzas represivas que asesinaron
al proletariado astur en la gesta heroica de Octubre de
1934, o a las prácticas que se suceden cuando las
hordas franquistas irrumpen en los pueblos españoles,
al que la pasión impulsó hacia límites
insospechados y ante el cual el pueblo aragonés
contuvo su justa indignación y adoptó una
actitud excesivamente atenta a los frentes de lucha, que
los obligados a mantenerla no supieron o no quisieron
respetar, no tardará en observarse. Conocemos lo
bastante a los pueblos aragoneses para poder afirmar que
si en Aragón no cesan las provocaciones y las injurias
que contra el pueblo y la Organización confederal
se cometen, si no se sanciona con energía a los
que tan indignamente procedieron, si no se liberta a los
que el terror mantuvo presos, si no se reivindica plenamente
la dignidad de una Organización mancillada por
la maledicencia y las maniobras elevadas a odio, si no
se restituyen todos los efectos y armas incautadas al
pueblo, si no se garantiza el normal desenvolvimiento,
dentro de la ley, de nuestra Organización, si no
se respeta nuestra obra y nuestros hombres, estamos seguros
que los trabajadores aragoneses formarán
un concepto demasiado desfavorable de quienes, teniendo
obligación de administrar justicia, se dedicaron
a favorecer el crecimiento innoble de un partido, que
incapaz de lograr adeptos por el convencimiento, han preferido
tenerlos por el terror y la calumnia.
Y mientras a nosotros, repetimos, no so nos asegure un
normal desenvolvimiento de todas nuestras lícitas
y necesarias actividades, no podremos hacernos responsables
ni evitar que los acuerdos que nuestra Organización
adopte en un plano nacional sean interpretados torcidamente
por los pueblos que se hallan hoy privados de comunicación,
de militantes, de vehículos, que unas Brigadas
más interesadas en servir las inconveniencias de
un partido que de las de la lucha contra el fascismo les
privaron en absoluto de todo ello.
Con toda la serenidad de que podemos hacer gala en estos
momentos, con toda la energía de que hasta hoy
no hicimos uso, en aras de la cordialidad antifascista
que más que nunca estamos dispuestos a mantener,
exigimos que cese la persecución de nuestros militantes,
la clausura de nuestros centros; que se restituyan todos
los objetos, locales y valores incautados y se apliquen
enérgicas sanciones a quienes practicaron y fomentaron
los actos de barbarie que invitamos a las autoridades,
a quien nos dirigimos, a que sean comprobados con toda
urgencia.
Nada más. Esperamos que se resuelva inmediatamente
este enojoso asunto de la actualidad aragonesa, teniendo
siempre en cuenta la realidad de nuestros frentes que
resulta monstruoso y criminal dejar desatendidos
para dedicar a las fuerzas del Ejército Popular
a mantener e introducir una política que el pueblo
repudia porque para truncar sus libertades y sus conquistas
parece ser nacida, ya que en lograrlo cifra sus mayores
afanes.
Por el Comité Regional.
El Secretario.
Francisco Muñoz.
Alcañiz, 18 de Agosto de 1937.