La mayoría de estos apuntes proceden del
Archivo General de la Guerra Civil,
de Salamanca, y forman parte del lote
referido a Asturias que fue microfilmado
y depositado en el Archivo Histórico provincial,
donde fueron localizados por Luis Miguel Cuervo.
Informe
(Probablemente
elaborado por miembros del PCE)
Consideramos
nosotros urgente y necesario que para las organizaciones
de la Marina de Guerra es preciso estudiar la situación
desde quiénes dirigen la Jefatura de las fuerzas
Navales hasta las dotaciones de las unidades que se encuentran
en la actualidad en el Cantábrico.
Dos
destroyers, tres submarinos, tres bous armados y un torpedero
es un material que inteligentemente aprovechado tiene que
dar la consecuencia inmediata, sino de una superioridad
manifiesta por nuestra parte en el Cantábrico, por
lo menos unas condiciones que tienen que jugar un papel
importante y decisivo en nuestra lucha.
El
jefe del Estado Mayor, señor Ahumada, es el mejor
de los casos. Un hombre que no siente la causa del pueblo
y que se puede asegurar que hay algo más que no sentir
esta causa.
En
Bilbao, dos días antes de la evacuación, siendo
comandante del Torpedero, barco que está en unas
condiciones bastante buenas, pues anda 22 millas y tiene
tres cañoncitos del 47, y que puede servir enormemente
para el servicio, invitó a la tripulación
a echarlo a pique dentro de la ría, pues decía
que eran órdenes superiores del traidor Navarro,
jefe que era de las Fuerzas Navales en aquellos días
y que huyó a Francia.
Después
de la evacuación y estando ya en Castro Urdiales,
también en el comando de este buque, volvió
a insistir cerca de la tripulación para echarlo a
pique, siempre, como es natural, alegando órdenes
superiores. Si a esto se agrega que es íntimo amigo
del comandante del submarino C-2, que constantemente sale
al café con él, y del que más adelante
explicaremos su actuación, creemos que es motivo
más que sobrado para que no pueda ocupar una jefatura
que, de hecho, no tendrá inconveniente en ponerla
al servicio de nuestros enemigos.
Consideramos
nosotros como muy urgente su relevo y, después de
estudiados las posibilidades, no encontramos otro que
le pueda sustituir en mejores condiciones que el actual
delegado marítimo de Santander, oficial de la reserva
de la Armada, capitán de fragata, señor Villegas,
militante socialista de Santander al que ya Prieto en otra
ocasión intentó darle el mando de estas fuerzas
navales, de las que no se hizo cargo por no admitir
el estar mediatizado por el gobierno vasco y por su jefe
de la Marina de Guerra, señor Eguía, de quien
ya en otra ocasión nuestro Partido, a través
de este mismo conducto, emitió informe nada satisfactorio
para nuestros militares.
El
señor Villegas y el actual maquinista, señor
Irureta, que ocupa en la Jefatura el cargo de clavero y
que es camarada nuestro, pueden ser la Jefatura de estas
fuerzas Navales, ayudados del personal que está a
las órdenes de este mismo señor Villegas.
En
los submarinos, es urgente y necesario relevar al comandante
del submarino C-2, el cual tiene probado que no siente
la causa del pueblo ni mucho menos, pues es un hombre que
tiene tal miedo que no toca una vez la sirena que no marcha
a un refugio, que cuantos planes de operaciones se le dan,
no los cumple, saliendo siempre y haciendo inmersión
a los 200 metros de la boca del puerto, quedándose
acodado a dormir hasta que se le gastan las baterías,
e insistentemente reúne a la tripulación indicándoles
la conveniencia de marcharse para Francia, pues según
su expresión "el Norte está ya perdido",
aparte de ser monárquico y no querer en la navegación
sacar siquiera una vez el periscopio, agregando que llevar
la comida a los refugios, creemos es más que sobrado
para que sea relevado aunque sea por su capitán,
al que le podían dar unas orientaciones provisionales
hasta que viniera otro submarinista.
El
comandante del submarino C-4 es un buen técnico,
al que se le puede sacar jugo siempre y cuando que a su
comisario político se le indiquen las operaciones
y se le dé el control, responsabilizándole
de su cumplimiento y obligándole a que el plan de
operaciones se cumpla como queda determinado, no pudiendo
eludirle por ninguna circunstancia.
El
submarino C-6 va bien y, por lo tanto, no precisa de ninguna
cuestión.
En
el destroyer "Císcar" y en el "José
Luis Díaz" es urgentísimo que embarquen
dos comandantes con categoría de técnicos,
que nosotros proponemos, salvo mejor opinión, que
podían ser dos camaradas soviéticos que,
según informa el camarada extranjero, oficial de
a bordo del C-6, no tendrían inconveniente en hacerse
cargo del repetido mando, sino como comandantes, sí
para enseñar la técnica y levantar la moral,
inspirando confianza a toda la dotación sabiendo
que van dirigidos por personal competente y que no rehúsa
el combate.
En
cuanto al personal, debe ser desembarcado todo el personal
nacionalista embarcado, salvo algunas excepciones que en
lista aparte se envía adjunta, y embarcada su antigua
tripulación después de depurarla, como es
natural, propuesta que tanto los que desembarcan como los
que deben embarcar adjuntamos en la referida lista.
Dos
comisarios políticos que tengan energía para
estos dos barcos, si pudiera ser, de nuestro Partido de
Santander, el cual podría dar nombres. Estos comisarios
terminarían con la situación que hoy existe,
ayudados con estas medidas, poniendo a ambos destroyers
en situación de poder actuar con toda clase de garantías.
El
torpedero y los tres bous, el "Iparreko" que tiene
un cañón del 47 y puede servir para la vigilancia
ayudado por el torpedero; y el "Vizcaya" y el
"Guipúzcoa", que siguen conservando cada
uno sus dos cañones del diez y medio contrariamente
a lo acordado ya por el E.M. de desmontarles su artillería,
cosa que en el fondo no es más que una concesión
por la presión realizada por el Sr. Eguía,
del Sr. Ahumada y de elementos interesados del gobierno
vasco, en que pierda eficacia en los servicios que pudiera
prestar.
Proponemos
nosotros que la dotación de estos barcos sea desembarcada
totalmente y cubierta con personal especialista que existe
en Santander, cubriendo sus puestos con marineros de plena
confianza, entendiendo que deber ser quitados los capitanes
de los bous y colocados otros de garantía, pudiendo
muy bien estos tres tipos de unidades que existen en el
Norte ser divididos en tres especies: destroyers, cuyo mando
de las dos unidades se responsabilice a uno de los comandantes
de los dos destroyers; submarinos, que se responsabilice
de su mando al comandante del C-6, único de plena
garantía aparte de sus condiciones técnicas;
y en cuanto al torpedero y los bous, independientemente
del personal de artillería que se embarcara, el mando
de las cuatro unidades se le debe dar al capitán
de la marina mercante de Santander José Caparros,
militante socialista y hombre audaz y competente, que ha
demostrado su adhesión a la causa en repetidos viajes
al extranjero a por cargamentos de armas.
Con
estas condiciones estamos plenamente seguros que tanto los
servicios de vigilancia, de protección a la pesca
y de ataque al enemigo en sus incursiones por la zona de
Castro Urdiales, etc., etc., quedarían descartadas.