Luis
Blanc
Las Regiones.
Periódico republicano federal.
Madrid, 10 de Octubre de 1887.
Hemeroteca Municipal de Madrid
Cuando
esperábamos con la satisfacción que produce
una amistad no interrumpida durante tantos años,
una carta del amigo querido que hubiera visto la luz en
las columnas de nuestro periódico; cuando contábamos
con su valiosa colaboración para defender los ideales
del partido que le ha contado siempre entre sus filas de
vanguardia, nos sorprende la triste nueva de su fallecimiento,
ocurrido en Almunia, el día 2 del actual.
Con
la pena consiguiente tomamos la pluma para rendir el último
tributo a su memoria, que estará desde hoy más
en la mente de todo buen federal.
Las
breves líneas que siguen las tomamos de unos apuntes
biográficos que escribió nuestro amigo y correligionario
don Jaime Martí-Miquel, que se honraba
con el afecto de hermano que siempre le profesó aquel
cuya muerte lloramos.
Luis
Blanc nació en Barbastro, provincia de Huesca (Aragón).
Huérfano desde su más tierna edad, fue educado
por unos hermanos de su madre.
Su
vida pública comenzó en Madrid, en 1853, cuando
apenas contaba dieciséis años, siendo individuo
de una sociedad secreta.
Fue
uno de los primeros que lanzaron el grito de Libertad en
1854, recibiendo entonces su bautismo de fuego. La contrarrevolución
del 56 le cogió en Barcelona, donde también
se batió en la plaza de San Jaime.
Figuró
luego en varias sociedades secretas, haciéndose notable
por sus discursos de fogoso patriotismo.
En
1860 ingresó en el periodismo, escribiendo en El
Pueblo; poco después publicaba El Cantor del Pueblo,
tomo de inspiradas poesías, al que siguieron algunos
dramas estrenados con aplausos en el teatro de Novedades.
Ardiente
partidario de la democracia, desempeñó
un papel importante en varias manifestaciones públicas,
llegando a contrabalancear en más de una ocasión
la influencia de Castelar y de Becerra.
Corrió
graves peligros en Enero del 66 cuando la sublevación
del general Prim, peligros que manifiestan el temple de
aquella alma honrada y decidida, que se multiplicaron el
21 de Junio del mismo año a consecuencia de haber
sufrido una grave contusión, defendiendo una barricada
en la calle Cañizares, de donde le salvaron sus compañeros
huyendo por tejados y guardándole.
Algunos
meses más tarde fue preso y condenado a muerte por
la publicación del periódico clandestino La
Revolución; pero se le conmutó la
pena por la de dieciséis años de presidio,
habiendo permanecido en el de Cartagena.
Recobrada
la libertad, tomó parte en la revolución de
1868, hallándose en Borja, que le había hecho
hijo adoptivo, viniendo a Madrid como diputado en
las Constituyentes.
Pocos
hombres tienen en el partido federal una historia tan brillante
como Luis Blanc, pocos también han corrido tantos
peligros y han prestado como él verdaderos servicios
a su patria.
Orador
fogoso, escritor infatigable y ardiente republicano.
Como
hombre, su amistad fue siempre muy apreciada por las prendas
que le distinguían.
Como
amante de su familia, deja un gran vacío en ella.
Uno
de sus deseos más ardientes era el de ser enterrado
en el panteón que en una de las sacramentales de
Madrid compró para su hija Teresa. Su pobreza le
ha hecho morir lejos de ella, y sin duda este pensamiento
habrá amargado su última hora.
Pues
bien, hagamos algo por realizar el deseo del ardiente republicano.
Las Regiones propone que haga una suscripción entre
el partido federal para que los restos de Luis Blanc puedan
descansar al lado de los de su hija. De esta manera, honraremos
todos su memoria, rindiendo un tributo a la amistad que
siempre nos unió con aquel cuya muerte lloramos.
Más info
en:
http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=2348