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Oficina de Defensa del Anciano         Asturias Republicana
   
   

Facilitar todos los datos bancarios a las farmacias y autorizar todos los cargos no parece la mejor forma de proteger los ahorros de los ancianos.
97 Cts.

Por Marcelino Laruelo.

 


97 céntimos de euro no parece que sea una cantidad importante. Para el organismo autónomo Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias (ERA) es una cantidad inasumible.

A 97 céntimos ascendía el importe del copago farmacéutico de unos antibióticos recetados a una anciana de una residencia del ERA. El médico, de la sanidad pública, extendió la receta el viernes al mediodía y prescribió el comienzo inmediato del tratamiento. En todas las casas hay medicamentos sobrantes, en las enfermerías del ERA no hay stock.

La receta permaneció en un cajón hasta que el lunes, tres días después, un familiar acudió a visitar a la “residente” y se la entregaron. La cogió, fue a la farmacia, que está a cien metros, retiró el medicamento, pagó en efectivo, ya que 97 céntimos no es una cantidad muy importante, y entregó las pastillas en la enfermería.

Ya se sabe que “toda situación mala es susceptible de empeorar”: La enfermedad podría haber sido más grave; el precio, cinco veces mayor; la farmacia, estar a medio kilómetro, y el familiar encontrarse en el Indico, participando en la operación Atalanta, o en Nepal, ayudando a la población, o en Dakar, estudiando la evolución de las laminarias en aguas tropicales.

Los gobiernos se dedican a crear problemas que, luego, echan sobre las espaldas de los ciudadanos. La obtusidad burocrático-gubernamental asturiana ha implantado el copago farmacéutico sin tener en cuenta ninguno de sus efectos colaterales. Uno de ellos es el de los ancianos gravemente enfermos internados en los hospitales clandestinos también llamados residencias o CPR’s.

La “solución” del ERA al problema del copago-repago ha sido la esperada: “que los ancianos indefensos faciliten DNI y datos bancarios a las farmacias y autoricen todos los cargos”. Supongo que la policía, que conoce bien el ambiente de la calle, haría otro tipo de recomendaciones. Pero la gente que manda es gente de hipotecas, créditos y cuentas en números rojos: 2.200 euros en cuentas bancarias declaró un ex presidente asturiano, a pesar de toda una vida de sueldazos en estéreo o, más bien, en surround. A esa gente, nada les puede pasar, a los ancianos les pueden ventilar sus ahorros.

Es muy frecuente ver en establecimientos comerciales carteles que advierten que no se admiten pagos con tarjeta para cantidades inferiores a diez euros. Normal. Lo que no alcanzo a entender es cómo los farmacéuticos se prestan a colaborar en este despropósito: mecanizar, tramitar, contabilizar, verificar y archivar un cargo bancario para un importe de 97 céntimos. Ellos sabrán por qué lo hacen.

La obtusidad burocrático-gubernamental asturiana es enemiga de las cuentas claras y los parlamentarios asturianos han demostrado una alergia continuada a las comprobaciones matemáticas. Tal vez les podría interesar a los “nuevos” exigir las cuentas (claras) del copago-repago farmacéutico y su correspondiente parafernalia administrativa, no vaya a ser que, al final, los euros que les sacan a los ancianos más pobres y desamparados vayan a parar al chiringotódromo.

Las corrientes de aire son muy peligrosas para los ancianos pero no figuran en los protocolos del ERA. Carlos Marx murió de un catarro que se le fue complicando en bronquitis crónica y pleuresía. El socialfelipismo y asociados hace mucho tiempo que renunciaron al marxismo, pero tal vez quede algún viejo marxista en alguna residencia del ERA que elabore un panfleto que titule: “La eliminación de ancianos por medio de corrientes de aire”. Engels se encargaría de buen grado de los gastos de imprenta.