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Oficina de Defensa del Anciano | Asturias Republicana |
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importante que la recaudación es cambiar el reparto Por Marcelino Laruelo.
500 euros mensuales de por vida para cada español/a; 250 euros mensuales desde el nacimiento hasta cumplir los 18 años. Felipe de Borbón, 500 euros/mes; Mariano Rajoy, 500 euros; Patricia Botín, 500 euros; Oriol Pujol, 500 euros; la cajera del súper, 500 euros; el de la “retro”, 500 euros; el parado “cinco millones”, 500 euros; el pobre de la esquina, 500 euros… La primera objeción del corbatismo a este reparto sería que al día siguiente de aplicar tal medida, España se convertiría en el paraíso de la holgazanería, nadie se levantaría por la mañana y el país quedaría paralizado: falso. Este país, como los demás, lleva funcionando desde siempre de acuerdo con una de las reglas fundamentales del sistema: los que menos trabajan son los que más ganan, y los que más trabajan, los que menos reciben. La segunda objeción de los corbatas será la referida a de dónde se sacará el dinero, unos 240.000 millones de euros anuales… Por su parte, la filial de los subcorbatas pretende solucionar el enigma recurriendo a la lucha contra el fraude, la economía sumergida y normalizando al alza los impuestos, incluso obligando a tributar a los sacrosantos beneficios empresariales. Nada, propaganda, porque el fraude y la evasión serán cada vez mayores, con tendencia al negro total. Soy, además, de los que defiende la supresión del IVA porque es una estafa a los trabajadores y a la gente corriente. No es un problema de recaudación, sino de reparto. 240.000 millones de euros anuales no llega al 25 por ciento del PIB o sea, más o menos, lo que dicen los corbatas que España dedica a gasto social. Ya se sabe que el que “parte y reparte, se lleva la mejor parte”; pero, en este caso, los 500 euros mensuales serían contantes y sonantes, para todo el mundo, cuentas claras, sin trampa ni cartón. No se tocaría la Sanidad pública ni la enseñanza gratuita y obligatoria hasta los dieciséis años, pero el resto… Los corbatas, gobiernen
un banco o una nación, lo que quieren es recaudar lo máximo
posible, que ya se encargarán luego ellos del reparto según
sus conveniencias personales y/o necesidades electorales. Si algún
día se pudiera averiguar lo que las tres administraciones dedican
a “ayudas”, “subvenciones”, “bonificaciones”,
“competitividades” y demás zarandajas, y se suprimiesen
de un plumazo, pudiera ser que en vez de quinientos al mes tocáramos
al doble.
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